El magistrado, suspendido temporalmente de su puesto en la Audiencia Nacional, afirmó, además, que el problema Batasuna “no lo tiene con el Estado sino con la propia organización terrorista”.

“Si se renuncia a la violencia habrá que empezar por hacerlo perfectamente visible y sin necesidad de interpretación para todos los ciudadanos”, dijo Garzón a su llegada a la presentación del libro “Palabra de Vor”, de Cruz Morcillo y Pablo Muñoz, que tuvo lugar en Madrid.

Asimismo, exigió al mundo abertzale “realidades” y “hechos contundentes” que demuestren que se ha desvinculado totalmente de ETA y dijo que hasta que no se produzcan “cualquier condicionamiento, cualquier exigencia al Gobierno y a las instituciones está fuera de lugar”.

“Ese tiempo ya ha pasado, no se puede decir que se abandona las armas y exigir una mesa de partidos, eso ya se acabo, lo que hay que hacer es abandonar la violencia, denunciar el ejercicio del terrorismo”, dijo Garzón, quien trabaja como asesor de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional desde que fue suspendido cuatelarmente el pasado mes de abril.

Mientras no se produzca esa desvinculación absoluta y verificable, el magistrado abogó por que las instituciones sigan luchando con la misma fuerza contra la banda terrorista “en cada uno de los estamentos, tanto políticos como judiciales, legislativos y desde la sociedad civil”.

EL FIN DE ETA

Garzón expresó también su desconfianza sobre un fin inminente de ETA y explicó que una organización terrorista como esta “es muy complejo que pueda desactivarse en un plazo corto de tiempo”.

El magistrado señaló que, a pesar de estar fuera de España, sigue muy de cerca todo lo relativo a ETA y a la lucha antiterrorista. “Son 22 años desde primera línea combatiendo en el ámbito judicial a la organización terrorista, por lo que voy a estar muy cerca y pendiente de lo que esta sucediendo porque como ciudadano y como juez creo que es necesaria la implicación para que todo esto acabe”, indicó.