Así lo declaró este jueves en rueda de prensa la directora de la ONG Plan España, Concha López, en la presentación de un estudio sobre el impacto de este tipo de crímenes en la infancia.

Entre otras consecuencias, dichos abusos generan absentismo escolar, daños físicos y traumas psicológicos, y provocan que un tercio de los niños que han sido víctimas reproduzcan dichos comportamientos de adultos.

El informe, elaborado con datos de 13 países (ricos y pobres), estima que el gasto de esta violencia asciende a 45.000 millones de euros, como resultado de los procesos judiciales, los gastos sanitarios y, sobre todo, el coste de oportunidad de una generación poco formada que no podrá contribuir al desarrollo de sus países.

Por eso, en octubre de 2008 la ONG Plan Internacional puso en marcha la campaña Aprender sin Miedo en 44 países, con el fin de erradicar la violencia en la escuela.

En la rueda de prensa participó también la directora de Plan en Zimbabue, Else Kraghollme, quien explicó que “el objetivo de la iniciativa es hacer que los niños tomen consciencia de sus derechos” y sepan que no pueden ser golpeados, acosados o violados por sus compañeros y profesores.

Para ello, se han puesto en marcha “comités de protección infantil” y “clubes de niños” formados por los propios estudiantes, a fin de que ellos mismos compartan sus experiencias y se conozcan, apuntó.

Además, Plan Internacional ha implantado líneas de atención en las que se pueden denunciar abusos de forma anónima; realiza talleres de concienciación con niños y niñas, y trabaja con padres y profesores, “ya que es preciso cambiar la mentalidad de las familias y del sistema en general”, agregó la activista.

Según Kraghollme, más de 600.000 niños se están beneficiando de esta campaña y cerca de 20.000 profesores han participado en los talleres de sensibilización.

La directora destacó también que 23 países ya han puesto de manifiesto que “sus tasas de abandono escolar se han reducido desde 2008”, algo que sin duda contribuirá en el aumento de su riqueza nacional

Por otra parte, Kraghollme quiso dejar claro que la violencia escolar existe en cualquier parte, pues de hecho aún hay 89 países que no recogen como delito los castigos físicos” en la escuela, “y entre ellos figuran Francia, Argentina y varios estados de EE.UU”.

La diferencia radica sin embargo en la impunidad”, prosiguió, puesto que en el llamado primer mundo existen mecanismos que permiten acceder a la justicia y denunciar los abusos”, declaró Kraghollme.

LAS NIÑAS, LAS MÁS PERJUDICADAS

Según la directora, por cada niño que es víctima de violencia sexual “puede haber 1.000 niñas que la sufren”, de ahí la importancia de trabajar especialmente con este colectivo.

Kraghollme lamentó que muchas jóvenes padecen abusos por parte de sus maestros, sus familiares y sus propios compañeros, “que llegan a utilizarlas para que el profesor les perdone la matrícula escolar o les suba la nota”.

“Además, han de enfrentarse a la incomprensión de su familia, que entiende la violación como una deshonra y como una pérdida del valor económico de cara al matrimonio”, subrayó.

Por ello, Plan desarrolla talleres donde las niñas “aprenden a decir no y a detectar situaciones de violencia”, y presta apoyo a las jóvenes que quieren denunciar y atención psicológica para superar la experiencia vivida.

“En cuanto los niños conocen sus derechos, ellos son los primeros en levantarse para defenderlos”, concluyó.