Ciencia
Los humanos del Neolítico se adaptaron al cambio climático hace 8.200 años
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Los primeros agricultores se adaptaron al cambio climático en el periodo Neolítico hace cerca de 8.200 años, cuando se desencadenó una disminución repentina de las temperaturas globales al fusionarse un glaciar de un enorme lago de agua dulce en el norte de Canadá, lo cual causó un enfriamiento planetario que se prolongó durante 160 años.
Así lo aseguran 10 arqueólogos y arquezoólogos de universidades de Polonia y Reino Unido en un estudio publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ y centrado en el asentamiento de la ciudad neolítica y calcolítica de Çatalhöyük, situada al sur de Anatolia (Turquía) y que existió entre los años 7.500 y 5.700 a.C. aproximadamente.
Durante el apogeo de ese asentamiento se produjo la fusión glaciar que enfrió el planeta. Al examinar huesos de animales excavados en el sitio, los científicos concluyen que los pastores de la ciudad cambiaron el ganado vacuno por ovejas y cabras, puesto que son animales más resistentes a la sequía.
Los autores también examinaron las grasas animales que quedaron en ollas de cocina antiguas y detectaron la presencia de grasas rumiantes, consistentes con el ensamblaje de huesos de animales descubierto en Çatalhöyük.
Por primera vez, se ha demostrado que los compuestos de las grasas animales detectadas en la cerámica ofrecen una evidencia de un cambio climático en su composición isotópica.
De hecho, utilizando el principio ‘eres lo que comes (y bebes)’, los científicos dedujeron que la información isotópica transportada en los átomos de hidrógeno de las grasas animales reflejaba la de las precipitaciones antiguas. Se detectó un cambio en la señal de hidrógeno en el periodo correspondiente al evento climático, lo que sugiere cambios en los patrones de precipitación en el sitio en ese momento.
"Los cambios en los patrones de precipitación en el pasado se obtienen tradicionalmente utilizando núcleos de sedimentos oceánicos o lacustres. Ésta es la primera vez que dicha información se deriva de ollas de cocción. Hemos utilizado la señal transportada por los átomos de hidrógeno de las grasas animales atrapadas en los recipientes de cerámica después de la cocción. Esto abre una vía de investigación completamente nueva: la reconstrucción del clima pasado en el mismo lugar donde la gente vivía usando cerámica", explica Mélanie Roffet-Salque, de la Facultad de Química de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y autora principal del estudio.
Richard Evershed, también de la Universidad de Bristol y coautor del trabajo, indica que el estudio apunta a “cambios estacionales a los que los agricultores tendrían que adaptarse -temperaturas más frías en general y veranos más secos- que habrían tenido impactos inevitables en la agricultura".
(SERVIMEDIA)
14 Ago 2018
MGR/caa