Ciencia
Los dinosaurios olieron las fragancias de las primeras flores en la Tierra

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Los primeros olores de las flores en la Tierra surgieron hace unos 100 millones de años como atrayentes de los polinizadores, un papel que todavía desempeñan hoy en día, con lo que entonces los dinosaurios pudieron detectar las fragancias florales primitivas.
Así lo aseguran el entomólogo George Poinar Jr., de la Universidad Estatal de Oregon (Estados Unidos), y su hijo Greg, coleccionista de fragancias, en un estudio publicado en la revista ‘Historical Biology’.
"Apuesto a que algunos de los dinosaurios podrían haber detectado los aromas de estas primeras flores", apunta George Poinar, quien añade: "De hecho, las esencias florales de estas primeras flores podrían incluso haber atraído a estos reptiles gigantes".
Los Poinar examinaron flores de ámbar de Myanmar, incluyendo la flor de laurel glandular (‘Cascolaurus burmensis’) y la flor estrella veteada (‘Tropidogyne pentaptera’).
La investigación revela que los compuestos químicos a base de flores que son la base de los perfumes y colonias que se usan actualmente han estado proporcionando excitación olfativa a los insectos polinizadores y otros animales desde mediados del período Cretácico. Sin pétalos de colores, las flores de entonces tuvieron que depender únicamente de los olores para atraer a los polinizadores.
"No se pueden detectar olores o analizar los componentes químicos de las flores fósiles, pero se pueden encontrar los tejidos responsables de los aromas", subraya George Poinar.
GLÁNDULAS QUE EMITEN OLORES
Los tejidos secretores florales que producen estos olores incluyen nectarios, tricomas glandulares, eláforos y osmóforos.
Los nectarios son glándulas que producen fragancias y depósitos dulces que gustan a los insectos. Los tricomas glandulares son pelos con células que producen y emiten productos secretores perfumados. Los eláforos son acequias glándulas sebáceas aromáticas. Los osmóforos, también conocidos como glándulas de fragancias florales, son grupos de células especializadas en la emisión de fragancias.
El estudio también encontró que los tejidos secretores de estas flores del Cretácico son similares en estructura a los de sus descendientes modernos. Eso sugiere que las flores modernas y antiguas de los mismos linajes producen esencias similares.
Algunas de las flores estudiadas estaban incluso en el proceso de emisión de compuestos en el momento en que fueron engullidas por la resina del árbol que luego se convirtió en ámbar.
El estudio también incluyó una flor de algodoncillo (‘Discoflorus neotropicus’) y una flor de acacia (‘Senegalia eocaribbeansis’) en ámbar de la República Dominicana de 20 a 30 millones de años de antigüedad.
"Es obvio que las flores estaban produciendo olores para ser más atractivas para los polinizadores mucho antes de que los humanos comenzaran a usar perfumes para ser más atractivos para otros humanos", recalca George Poinar.
(SERVIMEDIA)
08 Ago 2018
MGR/caa