Los datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, recogidos por Servimedia, indican que entre el 1 de enero y el 29 de julio de este año se han quemado 11.482,73 hectáreas, cuando la media de la década es de 54.021,79.

Se trata de la cantidad más baja del decenio, por delante de las de 2016 (14.883,63), 2013 (21.175,14) y 2010 (23.792,84), mientras que los peores años son 2012 (149.784,82), 2009 (88.052,58) y 2017 (68.528,05).

En esos casi siete primeros meses de este año se produjeron 3.676 siniestros, de los que 1.122 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 2.554 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas calcinadas este año, que suponen un 0,041% del territorio nacional, un total de 1.492,05 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 7.988,56 hectáreas de matorral y monte abierto, y 1.948,12 de superficie arbolada.

POR ZONAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 38,86% de los incendios y conatos forestales entre el 1 de enero y el 29 de julio, en tanto que el resto de siniestros se repartieron entre las comunidades interiores (las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 36,38%; el área mediterránea, con un 24,03%, y Canarias, con un 0,73%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 56,10% pertenece al noroeste; un 25,06% a las comunidades interiores; un 15,28 al área mediterránea, y un 3,57% a Canarias.

La mayor cantidad de superficie arbolada calcinada se produjo también en el noroeste (48,26%), por delante de las comunidades interiores (21,71%), Canarias (20,54%) y el área mediterránea (9,49%).