Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), casi 21 millones de personas en el mundo son víctimas de trabajo forzoso, cifra que incluye las víctimas de trata para la explotación laboral y sexual. Aproximadamente un 30% de las víctimas de la trata son niños y un 70% son mujeres y niñas. Este es un problema global, ya que todos los países están afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino.

Se han podido identificar víctimas hasta de 152 nacionalidades localizadas en 124 países del mundo y que se mueven a través de hasta 510 corrientes intrarregionales y transnacionales, que en el 5% de los casos atraviesan el mundo entero y que tienen por víctimas fundamentalmente a las personas de las regiones más pobres de Asia Oriental y Meridional y del África subsahariana.

Manos Unidas llama la atención sobre el hecho de que las víctimas del tráfico de personas se ven sometidas a las más diversas formas de explotación y abusos, como la prostitución, trabajos forzados, mendicidad, servidumbre, matrimonio forzado y trasplante de órganos, entre otras. El origen de esta situación, sostiene la ONG, está en la pobreza y la falta de educación que existe en numerosos lugares del mundo.

Desde Manos Unidas, y como parte de su lucha contra la pobreza y sus causas, se trabaja también para prevenir la trata. Desde 2010 la ONG ha financiado 21 proyectos en Benín, Brasil, India, Laos, Tailandia y Vietnam especializados en rescatar y reinsertar a víctimas de trata.

El Día Mundial contra la Trata, establecido por la ONU en 2013, fue concebido como una jornada de reflexión y sensibilización, con el objetivo de impulsar una “respuesta internacional, colectiva y global” ante esta situación.