En una entrevista en la Ser recogida por Servimedia, Rumí declaró que cuando ayer oyó a Casado, “era Aznar puro y duro, con el mismo discurso de los años 2000, que tan malos resultados les dio”.

A su juicio, se trata de un discurso “alarmista y con fines claramente partidistas, que parte además de un profundo desconocimiento. Ni papeles para todos, ni millones de inmigrantes esperando en África, ni efecto llamada".

Indicó que desde hace años se viene produciendo un repunte en las llegadas de pateras a las costas del sur de España. El año pasado se registraron 21.000 llegadas, prosiguió, sin que el Gobierno del PP hiciese nada para atender la situación.

En su opinión, no cabe hablar de 'efecto llamada' a causa del acogimiento del 'Aquarius', porque las rutas no aparecen y desaparecen en un día. Es un proceso que lleva meses y se debe a múltiples factores, como por ejemplo el cierre de la rutas de Grecia e Italia o la inestabilidad política, manifestó.

“Lo que nosotros le pedimos al Partido Popular es que nos deje hacer aquello que ellos no hicieron, esto es, una política seria de inmigración. Durante los últimos años se ha producido un aumento en el número de llegadas sin que se dispusiesen más recursos y sin atender aspectos claves de la política migratoria, como la relaciones con África y con los socios europeos”, manifestó.

ESFUERZO TITÁNICO

Rumí admitió que “tenemos que gestionar una situación muy complicada en el sur de España” y, aunque evitó hablar de colapso en los recursos de asistencia de acogida, sí admitió que “posiblemente algún inmigrante haya tenido que dormir hoy en un barco".

De hecho, manifestó, “hemos realizado un esfuerzo titánico para poner en marcha hoy mismo un nuevo albergue en Chiclana, al que se derivarán parte de los inmigrantes llegados durante estos últimos días".

La secretaría de Estado reconoció que se prevé un aumento de llegadas en los próximos meses, y recalcó que España trabaja con los socios europeos para impulsar una política migratoria que no se base exclusivamente en el control de fronteras.

Señaló que el Gobierno trabajará para ajustar los flujos de entrada a las demandas del tejido productivo, reforzar la cooperación con los países africanos y garantizar los derechos humanos de quienes acceden al territorio español. Éstos son los ejes de una política migratoria seria que el anterior Gobierno abandonó, aseguró.

Preguntada sobre las 'devoluciones en caliente' de inmigrantes tras el asalto a la valla de Ceuta la pasada semana, negó que se produjesen 'devoluciones en caliente' y se remitió a las palabras del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sobre que todas las actuaciones se habían ajustado a la ley. Con todo, se mostró dispuesta a reformar la normativa en este sentido “para ajustarla a las exigencias del Gobierno socialista”.

En cuanto a las visitas a Ceuta y a Algeciras por parte de Pablo Casado y de Albert Rivera, la secretaria de Estado sostuvo que “el Gobierno está allí todos los días", y expresó su reconocimiento a las ONG, en especial a los voluntarios de Cruz Roja, y a los miembros de la Guardia Civil y del resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.