Según la información facilitada por Unicef, una gran instalación de agua en Sa'ada, al noroeste del país, fue atacada esta semana por tercera vez. Más de la mitad de dicha instalación sufrió daños que impiden el acceso a agua potable a 10.500 personas.

“Los ataques continuos a estos sistemas están privando de agua a los niños de Yemen y a sus familias, lo cual incrementa la probabilidad de que se propaguen enfermedades transmitidas por el agua en un país devastado por la guerra”, declaró Cappelaere.

La supervivencia de los niños y niñas de Yemen se basa, en gran medida, en el acceso a este servicio básico, ahora en ruinas. Si las instalaciones siguen recibiendo ataques, informó Unicef, se perderán muchas vidas, entre ellas las de muchos niños.

“Los ataques contra la infraestructura civil, incluidos los sistemas de agua, constituyen una violación del derecho internacional humanitario. Unicef hace un nuevo llamamiento a las partes en conflicto en todo Yemen y a quienes tienen influencia sobre ellas para que detengan todos los ataques y actividades militares en infraestructura civil o cerca de ella, incluidos sistemas e instalaciones de agua, escuelas, hospitales y centros sanitarios”, sentenció el director regional.