Así lo aclaró a su llegada al restaurante en Madrid en el que se ha dado cita con miembros de su candidatura y con los exministros Juan Ignacio Zoido, Dolors Monserrat, José Manuel Soria, José Manuel García-Margallo y la también todavía secretaria general del PP María Dolores de Cospedal.

Conforme fueron llegando a esta cita, todos desmintieron que fuera una comida contra la exvicepresidenta. De hecho, el propio Casado afirmó que se trata de una quedada de “amigos” y la enmarcó en la prueba de la capacidad de “integración” de su candidatura, a la que volvió a abrir las puertas a Sáenz de Santamaría tras el Congreso de los populares que arranca mañana.

“No es un acto en contra de Sáenz de Santamaría, sino a favor de Casado”, porque el “enemigo político” es Pedro Sánchez, subrayó Montserrat a su llegada.

Además, varios de los asistentes coincidieron también en desmarcar a Rajoy de esta cita y ensalzaron, como hizo Margallo, la “neutralidad” del expresidente. Se trata de una cita “entre compañeros con sintonía”, remarcó.

El propio Casado insistió en que Rajoy está teniendo una “prudencia exquisita” y que la reunión no es más que una quedada entre “amigos y personas que hemos defendido” a Rajoy y a su Gobierno. De hecho, apuntó que se está “comportando como un caballero”, que es lo que “ha hecho” como presidente del Ejecutivo y del Partido Popular, y los congregados hemos estado “todos defendiendo su legado”.

El exministro de Exteriores expresó que los “aquelarres no se hacen al mediodía ni en un restaurante” céntrico y conocido de la capital como en el que se han dado cita.

La comida, según algunos de los asistentes, es una reedición de las que ya hacían cuando estaban en el Consejo de Ministros entre un grupo de “amigos, compañeros con sintonía”, que se llegó a denominar el G-8 del Gobierno y que mantenía posiciones distintas a las de la exvicepresidenta.