Dos estudios internacionales corroboran cómo bucean los delfines

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo internacional de científicos liderados por Andreas Fahlman, investigador de la Fundación Oceanogràfic de Valencia, ha publicado en la revista 'Frontiers in Physiology' dos estudios sobre delfines en libertad, sin encontrar diferencias fisiológicas entre los que cazan en superficie y los que lo hacen a gran profundidad, y que corroboran otras teorías que explican por qué no sufren descompresión.

Los pulmones de estos mamíferos marinos contarían con mecanismos activos con los que evitan la descompresión, síndrome que se produce cuando el gas nitrógeno que ha pasado del aire a la sangre y a los tejidos del cuerpo durante la inmersión se expande rápidamente y puede provocar la aparición de burbujas que, en situaciones muy graves, puede causar la muerte.

MECANISMO ACTIVO

Los resultados de uno de los estudios reflejan que no hay diferencias en la mecánica pulmonar ni en el metabolismo entre los delfines que cazan en la superficie y los que lo hacen a gran profundidad, sino que, al depender la respiración de un mecanismo activo, la misma especie podría perfeccionarlo de diferentes maneras, según sus necesidades.

Este mecanismo activo consistiría en dirigir el flujo sanguíneo durante la inmersión hacia las zonas del pulmón que han colapsado por la elevada presión, lo que limita el intercambio de gases, incluyendo el nitrógeno. No obstante, el flujo sanguíneo puede redirigirse a otras zonas, permitiendo la captación de suficiente cantidad de oxígeno en sangre y eliminación del dióxido de carbono, si fuera necesario. Este estudio también concluyó que este mecanismo podría llegar a fallar si el animal se encuentra estresado.

En el otro estudio, los investigadores han estimado cómo las diferentes especies de delfines gestionan el intercambio de gases entre la sangre y los tejidos en sus respectivos estilos de vida. Para ello, elaboraron un modelo del metabolismo gracias a parámetros específicos de la especie, con el objetivo de determinar qué adaptaciones necesitarían los delfines de gran profundidad para alcanzar dichas marcas sin sufrir daños.

SANGRE EN MOVIMIENTO

"Los resultados indicaron que, para que un grupo buceara a tal profundidad sería necesario un ritmo cardíaco más elevado, no solo durante las estancias de recuperación en la superficie, sino también durante las inmersiones más superficiales que realizan entre dos profundas para recuperar sus reservas de oxígeno”, indicó Fahlman. “Mantener la sangre en movimiento rápido y constante entre las sesiones de caza submarina les ayuda a reducir el tiempo que pasan en la superficie y mejorar la recuperación".

Las diferencias encontradas que permiten a una población bucear unas cien veces más profundo que la otra son unos mayores promedios de masa muscular, concentración de mioglobina y volumen de sangre, que se sumarían al mayor ritmo cardíaco. No se distinguieron diferencias en la anatomía de las poblaciones ni en los mecanismos que emplean para bucear, como el mencionado colapso o compresión pulmonar.

Según Fahlman, “la hipótesis ofrece nuevas e interesantes rutas de investigación, orientadas a comprender cómo los mamíferos son capaces de sumergirse a profundidades extremas con el único apoyo de los pulmones llenos de aire, sin sufrir ninguno de los problemas que experimentamos los humanos”.

(SERVIMEDIA)
17 Jul 2018
CBV/gja/caa