En la rueda de prensa posterior a su reunión con la vicepresidenta del Gobierno español, Carmen Calvo, Aragonés explicó que no habían hablado de la decisión de la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein porque se conoció justo cuando terminaban su encuentro, pero sacó la conclusión de que la acusación de rebelión que pesa sobre los líderes independentistas “es un despropósito”, y por eso la instrucción del magistrado Pablo Llarena “no pasa la prueba del algodón” de la Justicia de otros países.

“La rebelión es la tesis fundamental sobre la que gira toda la instrucción”, recalcó, por lo que piensa que, ahora, esa acusación “debe decaer”, y probablemente también la de malversación, respecto a la que sólo ve “acusaciones genéricas no fundamentadas”. Según puntualizó, “la acusación por rebelión, que permite mantener en prisión preventiva” a todos los dirigentes independentistas e inhabilitarlos políticamente, “no se aguanta”.

Por ello, pidió una gran manifestación el sábado por la libertad de los presos y contra la “contrucción jurídica artificial” que hizo Llarena, y al Gobierno español le dijo que tiene “muchos instrumentos para poder sacar la cuestión del referéndum de los tribunales”, dado que la Fiscalía presentó la querella y la Abogacía del Estado está personada.