Así lo expuso la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en la reunión que mantuvo esta mañana con el vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés. Esta entrevista, según un comunicado de Presidencia, se desarrolló en “un clima de cordialidad”.

Esta reunión se produjo antes de que se conociera públicamente que el Tribunal Regional Superior de Schleswig-Holstein, en Alemania, extraditará al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont solo por un delito de malversación de caudales públicos, pero no por el de rebelión del que le acusaban la Fiscalía española y el magistrado español Pablo Llarena.

Subrayan desde Moncloa que tras el encuentro que mantuvieron el pasado lunes el presidente, Pedro Sánchez y el de la Generalitat, Joaquim Torra, el de hoy entre Calvo y Aragonés forma parte del proceso de normalización y fluidez de las relaciones entre el Estado y la Generalitat.

La vicepresidenta subrayó que la crisis política que atraviesa Cataluña necesita una solución desde la política y, en este sentido, según el comunicado, destacó la importancia de recuperar el diálogo institucional mediante la reactivación de comisiones bilaterales, que no se habían reunido en 7 años.

Este encuentro se ha producido a petición del vicepresidente catalán que se encontraba hoy jueves en Madrid, en una visita que le llevará también a una reunión con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.