Según Cruz Roja, inicialmente los pasajeros se encuentran en buen estado físico, aunque cansados por el largo viaje. De todos modos, médicos de Sanidad Exterior se ocuparán de examinar a los 60 migrantes antes de que abandonen el barco para verificar su estado de salud.

Este es el primer paso del operativo de acogida que coordinan el Gobierno central, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona junto a Cruz Roja y a la propia ONG.

Una vez salgan del ‘Open Arms’, técnicos especializados procederán a una primera identificación de los migrantes, a fin de detectar menores, mujeres embarazadas o posibles víctimas de trata. Desde Proactiva han informado de que a bordo del barco viajan cuatro mujeres y cinco menores, tres de ellos no acompañados.

El último paso del dispositivo será el traslado de los migrantes a centros habilitados por la Generalitat, donde podrán alojarse y recibir una atención más personalizada por parte de la Administración y las ONG.

Los hombres serán trasladados a la residencia para deportistas Joaquim Blume de Esplugues de Llobregat, mientras que las mujeres y los niños irán a otras instalaciones.

CÁNTICOS Y APLAUSOS

La embarcación entró por la bocana del puerto escoltada por otro barco de la ONG, el 'Astral', donde viajaban cuatro eurodiputados; un buque de Salvamento Marítimo y el histórico ‘Barceloneta’.

Los 60 inmigrantes rescatados se emocionaron esta mañana al avistar tierra y comenzaron a cantar ‘Bella Ciao’, el himno antifascista italiano, ante su llegada a Barcelona.

Según indicaron en Twitter diversos activistas de la ONG catalana, los inmigrantes también comenzaron a aplaudir al avistar el barco de Salvamento Marítimo que les acompañó durante las últimas millas hasta llegar al puerto de Barcelona.

A bordo del 'Open Arms' viajan 60 migrantes desde hace cuatro días, después de que el barco de la ONG los rescatase en aguas internacionales y de que Italia y Malta se negasen a permitir el desembarco en sus puertos.

Una vez en España, dispondrán de un permiso especial de 45 días para que las autoridades decidan sobre su situación, es decir, si pueden solicitar asilo, obtener permiso de residencia o ser expulsados.