Así lo expuso en una entrevista en Servimedia en la que, sin entrar a analizar si el discurso fue “suficientemente insultante” para que Torra se marchara de la sala, puesto que no hay ningún vídeo del mismo, sí opinó que “la función de un embajador no es enzarzarse en un debate más o menos agresivo con la primera autoridad de una comunidad autónoma”.

En este sentido, reivindicó que los embajadores británicos “no iban defendiendo la unidad ni diciéndole a Salmond que no tenía razón o que iba mintiendo”, sino que “daban apoyo institucional a la primera autoridad de una entidad administrativa del Reino Unido”.

Según este dirigente de la ANC, “Morenés como persona tiene todo el derecho a opinar, pero la función de un embajador tiene que ir un poco más allá de la batalla política diaria” porque “el espectáculo que acabó ocurriendo no deja en buen lugar la marca España”, cuyo buen nombre “debería ser la prioridad del embajador”.

Preguntado si, entonces, Torra no tendría que haber mantenido también una posición más institucional y no hablar de “presos políticos”, Alsina distinguió que el presidente catalán “es un político” y, además de sus funciones institucionales, también las tiene políticas.