“El fragmento incandescente de un petardo puede entrar en el ojo a una gran velocidad, lo que hace imposible que podamos cerrar el párpado para protegernos. Este fragmento incandescente puede provocar lesiones muy serias, como la perforación del globo ocular y, en los peores casos, provocar ceguera”, advirtió la doctora Collet.

Este tipo de accidentes suceden con mucha más frecuencia de la que se puede pensar. De acuerdo con la experiencia en el Servicio de Urgencias del citado centro catalán, una de cada cuatro urgencias oftalmológicas en noches de verbena está producida por impactos de petardos y de ellas, el 75% de los pacientes son niños.

La primera recomendación de la doctora es utilizar gafas protectoras. “Si tenemos que manipular petardos, debemos adoptar precauciones para no sufrir daño. El simple hecho de utilizar las gafas protectoras puede librarnos de un accidente ocular irreversible”, indicó.

También recomendó que ante un accidente ocular por un petardo "no hay que frotarse los ojos. El escozor y el dolor pueden ser abrumadores, pero frotarse los ojos sólo empeorará la situación. Si se sufren pequeñas abrasiones por entrada de cuerpo extraño, como el humo, pólvora o restos de material pirotécnico, lo primero que se debe hacer es lavar abundantemente el ojo con suero fisiológico o con agua, pero sin apretar el ojo", aunque lo que es imprescindible, en todos los casos, es acudir a urgencias.