Así se pronunció en declaraciones a los periodistas en el número 13 de la calle de Génova, en Madrid, donde se ubica la sede nacional, después de comunicar esta mañana que ha tomado la decisión de presentar su candidatura al Congreso Extraordinario que se celebrará a mediados de julio para elegir al sucesor de Mariano Rajoy.

Lo hace con un proyecto que es “renovador, integrador y ambicioso” y con el objetivo “llegar al Gobierno de España cuanto antes, pero sobre todo reconectar con los afiliados y volver a revitalizar al mejor partido de España”. Prometió, asimismo, trabajar para “recuperar la honestidad y la eficacia en la gestión como signo de identidad para todos los administrados”.

Mañana presentará al equipo que le acompaña en su carrera al liderazgo del PP y el miércoles oficializará su precandidatura presentando los avales necesarios para concurrir a la carrera sucesoria. En su proyecto, aseguró, “no sobra nadie” del partido y también existe la posibilidad de “captar talento fuera”.

"EQUIPO RENOVADO"

Avanzó que aspira a la sucesión con un “equipo renovado, pero orgulloso de lo que ha sido el PP”, en el que “caben todos pero hay mucho espacio para más gente”. En este punto, se dirigió a los afiliados y votantes que “en algún momento sintieron que perdieron la confianza” en el PP y “se fueron a otros partidos como Ciudadanos o Vox”.

“Quiero renovar lo que se pueda y quiero hacerlo con los mejores”, recalcó Casado, que se presentó como el “candidato de los afiliados y militantes” y un dirigente con “más futuro que pasado” que “no quiere esta España para sus hijos”. Precisamente, expuso que ha tomado esta decisión en familia.

Indicó que previamente informó de sus intenciones al todavía presidente del partido, Mariano Rajoy, así como a la secretaria general, María Dolores de Cospedal; al coordinador general, Fernando Martínez-Maíllo; al resto de vicesecretarios y muchos otros compañeros de partido.

Agradeció al expresidente del Gobierno su “posición impecable a la hora de mantener la neutralidad”. Eso sí, evitó confirmar si ha hablado con otros posibles aspirantes, como Alberto Núñez Feijóo o Soraya Sáenz de Santamaría, y reseñó que se presenta “para ganar”.

“Yo sí quiero presidir el PP y creo que no hay que esperar a que venga el futuro, sino que hay que salir a conquistarlo, y no podemos seguir arrastrando los pies durante toda una semana para pensar quién quiere liderar un partido que es uno de los pilares fundamentales del sistema democrático”, subrayó sin mencionar a sus posibles rivales.

Admitió que “estaba esperando a ver si alguien ofrecía un proyecto mejor” en el que se sintiera “representado”. Como “no ha sido así”, justificó su decisión de “arrimar el hombro” e intentar tomar las riendas de Génova tras la marcha de Rajoy. “No podemos dar el mensaje a los afiliados de que nadie quiere liderar el partido”, insistió.

SE DESLIGA DE LOS "TRAIDORES"

Se enorgulleció de haber “dado la cara siempre” por el PP, incluso “en las peores noches electorales” y “defendiendo la honorabilidad del partido frente a traidores a los que no conocía y ni siquiera había visto”. Igualmente, avaló a los anteriores líderes del PP, tras haber sido director de gabinete con José María Aznar y portavoz de PP con Mariano Rajoy.

Recalcó que quiere asumir la responsabilidad de encabezar “una candidatura en positivo” y “abierta” a “todo el que crea se pueda sumar” para que representar a “todos los afiliados que piensen que el PP es la casa común del centro derecha”. Así las cosas, defendió que tiene “experiencia, ilusión y ambición” para encarar este momento.

Presumió, además, de llevarse bien con “las distintas sensibilidades” que hay en su formación y de ser un “experto en unir”. En base a ello, dijo sentirse con “fuerzas, ilusión y con el respaldo necesario” para llegar al Congreso Extraordinario del 20 y 21 de julio “con muchas posibilidades”.

El dirigente popular aseguró que “a nadie” ha puesto “en un compromiso” para que le respalde y reseñó que su intención no es otra que “revitalizar el partido” y “volver a poner de moda ese centrismo de centro derecha, esa ideología liberal en lo económico, moral en lo social y conservadora en temas de seguridad y territoriales”.

“Tengo las cosas muy claras y creo que el PP hace falta en España y hace falta con urgencia. Hay que ganar cuanto antes para intentar seguir transformando España”, prosiguió, para acto seguido recordar el discurso de investidura de Emmanuel Macron y opinar que “hace falta oír en España” cuestiones que defiende el presidente francés en materias como el sistema sanitario, las pensiones, la educación, el transportes o el ocio.

Por último, hizo especial hincapié en que su intención es “liderar la España de los balcones”, esa España que “sacó una bandera en su ventana diciendo que querían enfrentarse al independentismo y revitalizar la nación española”. En definitiva, señaló que se trata de “renovar” el PP para poner el acento en los retos de futuro.