“Atenderemos de manera individual para ver cuál va ser su situación jurídica”, señaló la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en la rueda de prensa que ofreció en la Generalitat valenciana junto al presidente autonómico, Ximo Puig. Ambos comparecieron tras una reunión en la que acordaron que la llegada de los barcos se efectuará de manera "escalonada" para facilitar la atención a los migrantes.

Además, puntualizó que en esos controles que hará el Ministerio del Interior van a estar “atentos” a cada una de las situaciones posibles de estos migrantes, por si han sido víctimas de trata o tráfico ilegal.

Calvo indicó que algunas de las personas que trasladan los barcos se alojarán en Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y otras irán a “centros de ayuda humanitaria y políticas sociales”, dependiendo de las condiciones de cada uno. Los menores, apuntó, se quedarán “todos” en la Comunidad Valenciana.

Asimismo, señaló que dispensarán a estos migrantes una “recepción con respeto”, por lo que no habrá políticos cuando lleguen a puerto las tres embarcaciones ni se desvelarán los lugares concretos a los que se dirigirán después, por respeto de sus derechos.

En este sentido, Puig indicó que esta respuesta de acogida la hacen por “solidaridad y humanismo”, al tiempo que remarcó la necesidad por parte de todos de “preservar la intimidad de las personas”. El presidente valenciano remarcó que “todas las estructuras están organizadas y puestas en orden” y, como dijo Calvo, esto es posible porque España es un “país experto” en la recepción de migrantes.

La llegada de estas 629 personas será de manera “escalonada, explicó Calvo, para que se les pueda ofrecer una respuesta acogedora y “completamente buena en el sentido físico y psicológico, y desde el punto de vista jurídico”. Por su parte, Puig indicó que la respuesta acordada es para que "tengan un acogimiento positivo y un nuevo proyecto de vida".