El Juzgado de lo Contencioso Número 1 de Santiago de Compostela se basa en el informe del perito, al considerar que hubo un error de diagnóstico durante 13 años y añade que la enfermedad que le fue diagnosticada al menor "nunca existió", lo que impidió aplicarle un tratamiento adecuado.

El perito calificó el diagnóstico como "tardío" ya que nunca existió la atrofia muscular que le fue diagnosticada por un pediatra en el servicio de pediatría del Hospital Montecelo de Pontevedra. Durante el tiempo que duró el error, la médula sufrió un proceso comprensivo que la lesionó de forma irreversible. Si el diagnóstico hubiera sido el correcto, "la evolución hubiera sido otra", añadió.

Así, la juez considera acreditado que se diagnosticó al niño una enfermedad "muy grave y de componente genético de forma errónea" , Werndnig-Hoffman o atrofia muscular infantil, y "que no se pusieron los medios adecuados para el diagnóstico acertado, que era otro".

El juzgado valora igualmente el daño moral que se le produjo a los padres, dado que se les señaló que dicha enfermedad, la erróneamente diagnosticada, era de tipo hereditario, y adoptaron las medidas adecuadas para no tener más hijos, "lo que produjo a los padres un grave daño moral al no tener más descendencia y por el cuidado permanente en la delicada situación en la que permanece su hijo".