De esta manera, según la información remitida por la petrolera a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en este periodo la compañía debe incrementar un 11% su retribución, que alcanzó los 0,9 euros por acción en el ejercicio 2017.

Además, la compañía presidida por Antonio Brufau se compromete a recomprar títulos en estos ejercicios para evitar la dilución de la acción como consecuencia del cobro del dividendo flexible en efectivo.

Esta actualización de la estrategia de Repsol se produce tras la venta del 20% de Gas Natural Fenosa a fondos controlados por CVC por 3.800 millones de euros.

Además, Repsol apunta que en los dos primeros años del plan 2016-2020 la compañía ya ha alcanzado todos los objetivos previstos a pesar del contexto de bajos precios del petróleo y del gas.

En cuanto a la inversión, el plan establece que la compañía invertirá 15.000 millones entre 2018 y 2020, de los que el 53% se destinará a la exploración (Upstream) y el 45% a los negocios de Downstream.

Repsol destaca que toda la inversión prevista estará autofinanciada si el barril de petróleo se mantiene por encima de los 50 dólares durante este trienio.

Dentro de la partida destinada al Downstream, prevé invertir unos 2.500 millones en negocios con bajas emisiones de CO2 y otros 1.500 a la expansión de los negocios de petroquímica, estaciones de servicio, lubricantes y trading.

Con todas estas iniciativas, Repsol estima que el flujo de caja operativo de Downstream aumentará en 700 millones de euros en 2020 en comparación con 2017, lo que supone un alza del 27% durante el período.

En Upstream, tras integrar Talisman y duplicar el tamaño del negocio, la compañía afronta un período en el que incrementará su producción de hidrocarburos (+8% a 2020), obtendrá un mayor retorno y optimizará su cartera de activos.

El negocio de Upstream invertirá 7.900 millones de euros hasta 2020. Alrededor del 60% de esta cantidad se destinará a proyectos de crecimiento y a exploración, para incrementar la producción y garantizar un nivel de reservas óptimo a medio y largo plazo, y se priorizarán los proyectos onshore (en tierra) y en aguas someras, donde Repsol cuenta con ventaja competitiva.

Las principales inversiones se concentrarán en el crecimiento orgánico, en activos ya existentes, que no requieren de importantes desarrollos, son grandes generadores de caja y permitirán aumentar la producción a corto plazo, como Sagari (Perú), Marcellus, Eagle Ford y Buckskin (Estados Unidos), Yme (Noruega), Bunga Pakma y Kinabalu (Malasia), Corridor (Indonesia), NC-115 y NC-186 (Libia) y Reggane (Argelia).

Asimismo, el área de Upstream pondrá en marcha un nuevo programa de eficiencia y digitalización, que cuenta con más de 600 iniciativas y un objetivo de alcanzar los 1.000 millones de dólares de flujo de caja libre al año en 2020, de los que ya se han identificado y materializado proyectos por 600 millones de dólares.