Según informó este lunes la Separ, varios estudios epidemiológicos han demostrado esta relación entre el asma de inicio en la edad adulta y la enfermedad coronaria, mientras que un estudio canadiense constató también que los pacientes tratados con un glucocorticoide inhalado de forma regular puede reducir hasta un 81% este riesgo de sufrir un infarto.

Unos datos que ofrecerá el doctor César Picado, del servicio de Neumología y Alergia Respiratoria del Hospital Clinic de Barcelona y miembro de la Separ, en la ponencia ‘Patología coronaria y asma’, que tendrá lugar en este Congreso.

Este asma que se inicia en la edad adulta se presenta asociado con frecuencia con la rinosinusitis crónica y suele tener un peor pronóstico que el asma de inicio en la infancia, con un mayor componente alérgico y una mejor respuesta al tratamiento convencional.

Según añadió la Separ, de confirmarse esta asociación, el asma pasaría a considerarse como otro factor de riesgo de la enfermedad coronaria y tendría implicaciones terapéuticas, ya que el tratamiento adecuado de estos pacientes con glucocorticoides inhalados lograría prevenir el infarto de miocardio.

En el asma y la enfermedad coronaria, la inflamación juega un papel relevante. Se ha observado que el asma tiene características similares a las de la enfermedad coronaria ocasionada por una ‘isquemia miocárdica sin obstrucción coronaria’ (Imsoc), que representa solo entre el 10 y el 15% de todos los tipos de isquemia miocárdica y es mucho menos frecuente que los casos de isquemia causados por la arterioesclerosis.

A este respecto, el doctor Picado añadió que “sorprenden las semejanzas entre la Imsoc y el proceso inflamatorio eosinofílico mastocitario presente en las vías aéreas de los pacientes asmáticos. De una manera simple se podría decir que la Imsoc se comporta como si se tratara de un 'asma de las coronarias'”.