Todos estos factores explicarían por qué hay una disparidad tan grande –16% frente a 84%- entre las mujeres que acceden a tratamientos en esta organización en comparación con los hombres.

“Se les tilda de malas madres, hijas o esposas; hay un estigma, una presión social que no tienen los hombres. Además, son mujeres con vidas desestructuras que anteponen las necesidades de otros (por ejemplo, la de los hijos) a las suyas propias. Su nivel académico es bajo, 2 de cada 3 mujeres tienen un nivel inferior a Secundaria, y eso les hace más difícil conseguir un empleo, lo que trae como consecuencia que puedan ser dependientes económicamente de familia o amigos", según explicó Elena Presencio, presidenta de la Fundación Proyecto Hombre.

Presencio añadió que habitualmente las mujeres "presentan una salud más deteriorada: el 41% lucha contra problemas crónicos de salud frente al 29% de los hombres. Pero ante todo son mujeres valientes, luchadoras y que desean ser vistas con otros ojos”.

En el mismo sentido se pronunció Francisco de Asís Babín, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, que denunció que “el fenómeno de adicciones en las mujeres se comporta de un modo distinto que en los varones. Las mujeres acuden de manera más dificultosa y más tardía a los tratamientos. Solo desde la igualdad se puede actuar con eficiencia desde los grupos terapéuticos. Esta poca presencia de mujeres se da a lo largo y ancho de todo el territorio nacional”.

Además, indicó que “la mayor parte de las comunidades autónomas están implementando asistencia específica en concepto de género; actualmente el 60%”, pero aún así, advierte, “nos queda mucho por hacer.”

Estos mensajes se lanzaron con motivo de la celebración de las XX Jornadas de la Asociación Proyecto Hombre, que se celebraron este jueves con el título ‘Proyecto género: Visión integral de la intervención en adicciones’.

Pedro Pedrero, presidente del comité organizador de estas jornadas, las definió como “un espacio de reflexión, de intercambio. Estas jornadas sirven para saber en qué podemos mejorar y es una oportunidad para reforzarnos en lo que estamos haciendo.”

Pedrero explicó cómo trabajan en la Fundación Proyecto Hombre y relató que cuentan con programas específicos para hombres donde se aborda la alfabetización emocional, para permitir que los hombres expresen emociones que tradicional y socialmente no se permiten expresar, como el miedo o la ternura.

"En los programas específicos para mujeres trabajamos para que expresen su rabia, que siempre se ha considerado una emoción masculina, y también les instamos a que sin culpa pongan sus límites. Vivimos en una sociedad que estigmatiza y pone etiquetas, lo que supone trabajar para fortalecer el asesoramiento y apoyo para las mujeres y crear una situación de igualdad. Porque ser mujer no debe ser un problema a la hora de acceder a un tratamiento”, concluyó.