Ayats preguntó a Rajoy si le parecen justas estas resoluciones judiciales o peticiones de cárcel de la Fiscalía para los implicados y si cree que hay que hacer algún cambio en la Policía y la legislación. Intepretó que la judicatura española está copada por jueces de “mentalidad machista y derechista” y que la sentencia de ‘La Manada’ fue menor por estar un guardia civil y un militar entre los acusados, y terminó preguntando quién es responsable de estas resoluciones. Rajoy contestó inicialmente que el sistema judicial español tiene jueces independientes que han superado pruebas objetivas para sacar su plaza, como en el resto de países europeos, y se mostró abierto a mejorar los recursos o la legislación pero sin descalificativos.

El senador de ERC, remarcando que “la justicia española está en entredicho”, utilizó su segundo turno para centrarse en los procesos contra dirigentes independentistas, y contrastó que éstos estén en prisión si son juzgados en España mientras que siguen en libertad los que se han ido a Bélgica, Alemania o Suiza.

Así, afirmó que en España la justicia primero decide el tipo penal que se imputa y luego se buscan las pruebas, en este caso de violencia en el proceso independentista, lo contrario de lo que sería razonable, y concluyó que “están en la cárcel por venganza”.

Rajoy constató que él y su interlocutor tienen puntos de vista "diferentes" sobre la separación de poderes y la democracia y recriminó a Ayats que los independentistas trataran de “pasar por encima de las leyes”, aprobaran una ley de transitoriedad que permitía al hipotético Gobierno catalán nombrar a los jueces y tuvieran claro de antemano qué jueces se quedarían en la república catalana y quiénes tendrían que marcharse.

Por último, sobre la situación actual de la política catalana, pidió a los independentistas que “dejen de impedir que se invista a un presidente legal” y trabaje por todos los catalanes, pues ni el Gobierno ni la Justicia españoles tienen la culpa de que hayan metido la política catalana en un bucle absurdo”, en que “se anteponen los intereses de un solo individuo”, el expresidente de la Generalitat Carles Puidemont, a los del resto de catalanes.