En el análisis que realiza Fedea de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre del año, las regiones del norte de España mostraron un aumento progresivo entre 6 y 8 puntos porcentuales en participación de las mujeres entre los ocupados a lo largo del ciclo, seguidas por Cataluña y Madrid, con aumentos menores.

Por el contrario, en Extremadura y Murcia, pese al aumento de la incidencia de mujeres en los primeros años de recesión por la mayor destrucción de empleo masculino, la incidencia de mujeres ocupadas ha vuelto a disminuir con el inicio de la recuperación económica.

Por otra parte, Fedea constata diferencias “notables” entre el noreste y el suroeste español en la incidencia de ocupados entre los mayores de 16 años. En el conjunto de España, destacan la Comunidad de Madrid y Cataluña con valores superiores al 53%.

En el lado opuesto se situaron Andalucía, Asturias y Extremadura, “estancadas en unos niveles bajos de ocupación y altos niveles de desempleo independientemente del signo del ciclo económico”.

En lo que respecta a la tasa de paro, Aragón, Madrid, Navarra y País Vasco registraron una tasa muy inferior a las del total nacional en cualquier momento del ciclo. Lo contrario ocurrió en Andalucía y Extremadura, donde, si bien hay oscilaciones con el ciclo, sus tasas de paro reflejaron fuertes resistencias a la baja.

Por otra parte, Murcia, Extremadura y Castilla-La Mancha son las regiones en las que la recuperación en términos de tasa de paro parece afectar mucho menos a mujeres que a hombres.

MÁS TEMPORALIDAD Y PARCIALIDAD

Asimismo, la Fundación de Estudios indica que la recuperación “claramente está trayendo consigo un claro aumento en las tasas de temporalidad en la mayoría de las regiones”.

En este sentido, Madrid y Cataluña lograron niveles de temporalidad muy inferiores en todos los momentos del ciclo. En el otro extremo se encontraban Andalucía y Murcia, con niveles persistentemente muy por encima de la media en cualquier momento del ciclo económico.

Las tasas de parcialidad “han crecido sustancialmente” desde el inicio de la crisis. En la Comunidad Valenciana, País Vasco y Navarra trabajan a tiempo parcial en torno al 17% de los ocupados. En cambio, en Baleares y Castilla-La Mancha sólo el 11,6% y 12,9% respectivamente de los asalariados trabajaban en régimen de jornada parcial.

El colectivo de parados ha ido envejeciendo en las diferentes comunidades autónomas de forma “muy acusada”, según Fedea.

Subraya que el caso más llamativo es el de Castilla y León donde el peso de los mayores de 45 años ha aumentado en 21 puntos porcentuales desde el inicio de la crisis.