ActionAid recoge este dato en su informe "Tierra fértil", que estudia los casos de Malawi, Kenia y Uganda, y en el que destaca que "el hambre nunca se erradicará" si los gobiernos y los países donantes no invierten en las necesidades específicas de estas mujeres, que sufren discriminación en el acceso a créditos, tierras, insumos, educación y otros recursos básicos.

La directora de ActionAid en Gran Bretaña, Melissa Hall, afirmó que "la mujer y los pequeños agricultores son responsables de la gran mayoría de los alimentos cultivados en África, pero están siendo vergonzosamente olvidados por los gobiernos y los donantes en la lucha contra el hambre".

“Los donantes hablan de la importancia de las agricultoras y su contribución a la erradicación del hambre y la pobreza, pero cuando se trata de acciones reales, la evidencia es que las mujeres agricultoras son ignoradas", apostilló.

ActionAid subraya que aumentar el apoyo mundial a los pequeños agricultores en al menos 40.000 millones de dólares al año (unos 28.000 millones de euros) supondría reducir el 50% el hambre y la pobreza para 2015, el principal Objetivo de Desarrollo del Milenio de los aprobados por la ONU en 2000.

Además, indica que la forma más sostenible para acabar con el hambre pasa por incrementar la productividad agrícola total en el campo, donde los pobres y hambrientos viven, trabajan y están más necesitados de alimentos.