Investigación
Los volcanes trajeron hambre y enfermedades en el Imperio Romano de Oriente
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
Las erupciones volcánicas a mediados del siglo VI, en pleno apogeo del Imperio Romano de Oriente, trajeron un periodo inusualmente sombrío y frío con hambre y enfermedades en Europa y Asia, según un estudio realizado por 11 investigadores de Filandia.
El estudio, publicado en la revista ‘Scientific Reports’ y realizado conjuntamente por científicos del Laboratorio de Cronología del Museo Finlandés de Historia Natural y el Instituto de Recursos Naturales de Finlandia, sugiere que los años 536, 541, 542, 543 y 544 fueron muy difíciles para muchas personas por el clima inusual generado por las erupciones de volcanes.
Un periodo prolongado de poca luz puede dificultar la supervivencia de los seres humanos. El nivel de producción de las plantas depende de la cantidad de luz solar disponible. La producción de alimentos (es decir, la agricultura y la ganadería) dependen de la energía solar. Mientras tanto, los humanos se vuelven propensos a contraer enfermedades si no están expuestos a luz solar suficiente para producir vitamina D.
“Nuestra investigación muestra que la anomalía climática, que cubrió todo el hemisferio norte, fue el resultado de varias erupciones volcánicas”, apunta Markku Oinonen, director del Laboratorio de Cronología del Museo Finlandés de Historia Natural.
Los aerosoles que se liberaron a la atmósfera con las erupciones obstaculizaron la llegada de los rayos solares durante mucho tiempo. Esas condiciones climáticas excepcionalmente pobres fueron significativamente perjudiciales para la agricultura y redujeron la producción de vitamina D entre la población, lo que significa que las personas ya debilitadas por el hambre tenían que lidiar con un sistema inmune comprometido.
REGISTRO EN LOS ÁRBOLES
El estudio se basa en dendrocronología, es decir, la datación de anillos de los árboles. La serie anual de anillos de crecimiento de árboles fosilizados o intactos abarca los últimos 7.600 años. Los árboles se encuentran a menudo en el fondo de pequeños lagos, y los científicos estuvieron tomando muestras desde la década de 1990.
"Los investigadores han creado un calendario anual de anillos de crecimiento que abarca más de 7.600 años. Varios eventos históricos pueden contrastarse con el calendario. El calendario del anillo de crecimiento es un indicador importante del cambio climático global", apunta Samuli Helama, del Instituto de Recursos Naturales de Finlandia.
Las muestras del estudio fueron fechadas con la ayuda del calendario de anillos de crecimiento y se recortaron muestras de virutas para cada año. Después, el Laboratorio de Cronología realizó análisis de isótopos de las muestras.
Los resultados del estudio se basan en el análisis de la variación de los isótopos de carbono en los anillos de crecimiento anuales de los árboles. Su variedad refleja la fotosíntesis de los árboles, que, a su vez, depende en gran medida de la cantidad de radiación solar disponible durante el verano.
El nuevo estudio rastrea la correlación de la variación de isótopos de carbono y las erupciones volcánicas desde el siglo XIX hasta los últimos años y muestra la dramática reducción de la luz solar disponible en 536 y entre 541 y 544. La variación de las temperaturas veraniegas se reconstruyó de manera similar sobre la base de la densidad de los anillos anuales de crecimiento de los árboles.
Esos años con climatología inusual coinciden con la epidemia de peste bubónica que devastó el Imperio romano. La epidemia, causada por la bacteria ‘Yersinia pestis’, comenzó en el 542 y mató aproximadamente a al menos la mitad de lo que entonces se consideraba el Imperio Romano de Oriente. La plaga se extendió por Europa a través del Mediterráneo, llegó posiblemente tan al norte como Finlandia y mató a decenas de millones de personas en el siglo VIII.
(SERVIMEDIA)
11 Abr 2018
MGR/gja