Salud
La OMS y Unicef advierten del alto riesgo de enfermedades en Papúa Nueva Guinea por el terremoto

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef advirtieron este lunes del alto riesgo de que aparezcan brotes por diarreas acuosas en Papúa Nueva Guinea causadas por el agua contaminada por los deslizamientos de tierra que provocó el terremoto del pasado 26 de febrero, de magnitud 7,5 en la escala Richter.
Además de las enfermedades relacionadas con la contaminación del agua, la OMS y Unicef han mostrado su preocupación por un saneamiento e higiene personal deficiente, así como por las patologías prevenibles con vacunas dado que la cobertura de inmunización ya es baja en esta región.
Según el Departamento Nacional de Salud (NDOH), cerca del 70-80% de los niños de las provincias más afectadas no están protegidos frente a enfermedades prevenibles. En 2016 la cobertura de las vacunaciones rutinarias contra el sarampión en dos provincias de esta región (Hela y Tierras Altas del Sur) era del 27,6% y el 18,2%, respectivamente.
A este respecto, el representante de la OMS en Papúa Nueva Guinea, el doctor Luo Dapeng, destacó que “en este punto de la respuesta a la emergencia es fundamental restablecer la provisión de servicios sanitarios básicos en las comunidades afectadas, como la vacunación infantil. Seguiremos trabajando estrechamente con el NDOH, las autoridades provinciales de salud y nuestros aliados para responder a estos riesgos y prevenir una emergencia secundaria derivada de los brotes de enfermedades”.
Por su parte, el representante de Unicef en esta región, Karen Allen, aseguró que la situación actual para los niños y las familias es el perfecto caldo de cultivo para una emergencia causada por brotes de enfermedades.
“Estamos realmente preocupados porque la mayoría de niños de las zonas afectadas por el terremoto no están vacunados. Y ahora que viven en refugios masificados con unas condiciones higiénicas deficientes, un agua limpia insuficiente y muy poco conocimiento sobre cómo protegerse a sí mismos, los niños son mucho más vulnerables frente a las enfermedades, incluidas las prevenibles y las transmitidas a través del agua”, agregó.
El terremoto, que fue seguido de cientos de réplicas, causó graves daños a cerca del 65% de las instalaciones sanitarias de Hela y las Tierras Altas del Sur. Cerca del 13% de estas infraestructuras siguen cerradas. Además, la mayoría de los centros sanitarios que han reabierto solo pueden atender emergencias. El Gobierno estima que unas 270.000 personas necesitan ayuda urgente. De ellas, 125.000 son niños, de los cuales 55.000 son menores de cinco años.
(SERVIMEDIA)
09 Abr 2018
ABG/caa