Según informó la Armada, el proyectil lo halló un transeúnte que avisó por teléfono a la Policía Nacional, cuyos agentes se personaron en la playa para comprobar la situación. El proyectil quedó sumergido por la marea, lo que provocó que se esperara a la siguiente bajamar para que los desactivadores remozaran el explosivo con el fin de evitar una nueva sumersión.

A continuación, se neutralizó ‘in situ’ el proyectil utilizando cargas especiales de corte de ignición por radiocontrol para minimizar los efectos de la explosión. Posteriormente, el equipo de desactivadores comprobó que no quedaban en la zona restos de explosivos ni del artefacto para evitar cualquier tipo de impacto medioambiental.

Las Unidades de Buceo de la Armada cuentan con personal especialista en desactivación de artefactos explosivos submarinos y buceadores con especialización en técnicas de inutilización de minas, siendo los únicos capacitados para realizar este tipo de tareas. Esta actividad es competencia exclusiva de la Armada en el ámbito marítimo.