Refugiados

Las niñas refugiadas tienen la mitad de probabilidades de matricularse en la escuela que los niños

MADRID
SERVIMEDIA

Las niñas refugiadas en edad de recibir Educación Secundaria tienen sólo la mitad de probabilidades que sus compañeros de sexo masculino de matricularse en la escuela, a pesar de que representan la mitad de la población refugiada en edad escolar, según el informe ‘Ahora les toca a ellas’, publicado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).

En el informe, Acnur hizo hincapié en que la puerta de entrada a la escuela es mucho más difícil de abrir para los niños y niñas refugiados de todo el mundo que para cualquier otro niño, y en el caso de las niñas y adolescentes refugiadas resulta aún más difícil encontrar y mantener una plaza en las aulas, ya que a medida que van creciendo, las niñas refugiadas sufren cada vez más marginación y la brecha de género se amplía al llegar a la Educación Secundaria.

“Ha llegado el momento de que la comunidad internacional tome conciencia de la injusticia de negar el acceso a la educación a las mujeres y niñas refugiadas”, declaró Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, que añadió que “estos resultados constituyen una llamada de atención a nivel mundial”, por lo que instó “a todos a uniros a nosotros para exigir que ‘Ahora les toque a ellas’”.

El informe de Acnur revela que las costumbres socioculturales imponen a menudo que los niños tengan la prioridad sobre las niñas en la escolarización. Las carencias en las infraestructuras, así como la falta de aseos apropiados y artículos para la menstruación, pueden impedir el acceso de las niñas a la escuela y, además, el precio de los libros, de los uniformes y del traslado a la escuela puede resultar prohibitivo para las familias refugiadas.

En este sentido, Grandi señaló que “encontrar soluciones para los desafíos a los cuales se enfrentan las niñas refugiadas que se esfuerzan por ir a la escuela requiere acciones concretas en todos los ámbitos”, que van “desde los ministerios nacionales de Educación a las instituciones de formación del personal docente, pasando por las comunidades y las aulas”.

Para ayudar a más niñas refugiadas a recibir una educación de calidad, el informe de Acnur propone diferentes acciones y políticas, efectivas y viables al mismo tiempo y defiende que si los adultos refugiados pueden trabajar y mantener a sus familias, también tendrán más posibilidades de dejar que sus hijos vayan a la escuela.

Por último, remarcó que “también hay necesidad urgente de contratar y formar a más docentes mujeres, tanto de las comunidades de acogida como refugiadas, para asegurar que promuevan buenas prácticas y ayudarlas a prohibir comportamientos que podrían disuadir a las niñas de ir a la escuela”.

(SERVIMEDIA)
07 Mar 2018
CJC/caa