Algunos reptiles prehistóricos perdían sus colas para huir de los depredadores

- Hace 289 millones de años

MADRID
SERVIMEDIA

Un grupo de pequeños reptiles que vivieron hace 289 millones de años podían desprenderse de sus colas para escapar de las garras de los depredadores, como hacen algunos lagartos actuales.

Se trata del ejemplo más antiguo conocido de ese comportamiento y cinco investigadores explican ese hallazgo en un estudio liderado por la Universidad de Toronto Mississauga (Canadá) y publicado en la revista ‘Scientific Reports’.

Los reptiles, llamados ‘Captorhinus’, pesaban menos de dos kilos y eran más pequeños que los depredadores de la época. Fueron abundantes en comunidades terrestres durante el Pérmico temprano y resultaron ser partientes lejanos de todos los reptiles de la actualidad.

Como pequeños omnívoros y herbívoros, los ‘Captorhinus’ y sus parientes tuvieron que gorronear comida mientras evitaban ser cazados por grandes anfibios carnívoros y parientes ancestrales de los actuales mamíferos.

“Una de las formas en que los captorínidos podían hacer esto era tener quebradizas las vértebras de la cola”, apunta Aaron LeBlanc, coautor del estudio. Al igual que muchas especies actuales de lagartos, como los escíncidos, que pueden separar sus colas para escapar o distraer a un depredador, en medio de muchas vértebras de la cola había grietas.

Es probable que estas grietas actuaran como las líneas perforadas entre dos hojas de un rollo de papel de cocina, lo que permite que las vértebras se rompan por la mitad a lo largo de puntos débiles. “Si un depredador agarró a uno de estos reptiles, la vértebra se rompería y la cola caería, lo que permitiría que el captorínido escapara ileso”, explica Robert Reisz, profesor de biología en la Univerisdad de Toronto Mississauga.

ESTRATEGIA DE ÉXITO

Los autores señalan que ser los únicos reptiles con tal estrategia de escape pudo haber sido la clave de su éxito, ya que eran los reptiles más comunes de su tiempo, y para el final del período Pérmico hace 251 millones de años, los captorínidos se habían dispersado a través el antiguo supercontinente de Pangea. Este rasgo desapareció del registro fósil cuando se extinguió Captorhinus y volvió a evolucionar en lagartos hace unos 70 millones de años.

Los investigadores examinaron más de 70 vértebras de la cola, tanto juveniles como adultas, y esqueletos parciales de la cola con divisiones que corrían a través de sus vértebras. Compararon estos esqueletos con los de otros parientes reptilianos de los captorínidos, pero parece que esta capacidad está restringida a esta familia de reptiles en el período Pérmico.

Usando varias técnicas paleontológicas e histológicas, los autores descubrieron que las grietas eran características que se formaban naturalmente a medida que las vértebras se desarrollaban. Curiosamente, el equipo de investigación encontró que los jóvenes captorínidos tenían grietas bien formadas, mientras que los de algunos adultos tienden a fusionarse. Esto tiene sentido, ya que la depredación es mucho mayor en personas jóvenes y necesitan esta habilidad para defenderse.

(SERVIMEDIA)
07 Mar 2018
MGR/caa