Así lo recoge la organización en un informe sobre grandes carnívoros terrestres en España porque estos animales determinan la abundancia de las demás poblaciones y su ausencia puede provocar cambios importantes en los ecosistemas.

Ecologistas en Acción apunta que el lince ibérico y el oso pardo son dos especies en peligro de extinción muy conocidas que reciben mucha atención por parte de las administraciones competentes.

El informe indica que el lince ibérico ha incrementado su población en los últimos años basándose en “un artificioso programa de cría en cautividad y de sueltas constantes que crean una falsa imagen sobre su verdadera situación”.

Sin embargo, este felino se enfrenta a “una sangría de bajas por atropellos, disparo y caza con métodos de control de predadores y su hábitat se sigue viendo notablemente afectado tanto por el incremento de barreras que lo fragmentan como por los proyectos de urbanización”.

Ecologistas en Acción denuncia que los mensajes de las administraciones sobre la situación y el futuro del lince son “demasiado optimistas”, puesto que sus poblaciones y sus hábitats están “cada vez más amenazados”. En 2017 se encontraron muertos 58 ejemplares (31 por atropello, nueve por la caza furtiva y el resto por causas desconocidas o menores).

Por su parte, Ecologistas en Acción recalca que el oso pardo experimenta “avances considerables” en la población cantábrica, especialmente en la zona occidental, pero “sufre y mucho” en el resto de las zonas, sobre todo en el Pirineo, donde su situación es “preocupante”.

“En Navarra y Huesca la especie está abocada a la extinción, con tan solo dos ejemplares machos, mientras que en el Valle de Arán, el Parque Natural del Alto Pirineo (Lleida) y el noreste de Huesca se cuenta con una población de unos 35 ejemplares fruto de la suelta de osos eslovenos iniciada en 1996 por el Gobierno francés”, añade.

SITUACIÓN “MÁS PRECARIA”

Por otro lado, Ecologistas en Acción subraya que la situación del lobo ibérico y el gato montés es “más precaria” porque “no gozan de la atención que reciben otros depredadores y son muy atacados por sectores como el de la ganadería y la caza”.

El gato montés es una especie muy poco estudiada sobre su área de distribución y estado de conservación, pese a lo cual muchos trabajos de campo confirman una reducción en la presencia y el incremento de la mortalidad no natural.

“El lobo ibérico es quizás la especie más emblemática y que más interés despierta para gran parte de la población, pero posiblemente también es la especie de la que más ejemplares se mata cada año, tanto legal como ilegalmente”, señala Ecologistas en Acción.

Esta organización recalca que se ha demostrado que los ataques del lobo al ganado tienen solución mediante cambios en el manejo del ganado y medidas preventivas, pese a lo cual “las administraciones continúan sin adoptar medidas para asegurar la conservación de la especie”.

“Los grandes depredadores son indispensables para el mantenimiento de los ecosistemas. Su desaparición puede causar importantes cambios en el paisaje, la vegetación, la presencia de nutrientes, la proliferación de especies invasoras, el número de incendios forestales o las enfermedades infecciosas”, apostilla.

Ecologistas en Acción pide a las administraciones competentes que, de forma urgente, se pongan en marcha medidas para actuar sobre las principales amenazas para estas especies, como son la fragmentación y la pérdida de hábitat, la actividad cinegética legal e ilegal y los atropellos de fauna en las carreteras.