La recomendación es revisar las azoteas, los desagües y todos los objetos que pueda llevarse el viento y, durante la borrasca, evitar salir o tener cuidado con las planchas, macetas y todos los objetos que el viento puede convertir “en armas arrojadizas”, informó el Cabildo en un comunicado.

De hecho, las autoridades ya advierten de que los vientos tendrán tal fuerza que podrán “tirar árboles, grúas, postes, muros y todo lo que pueda desprender y arrastrar”. Cuando los bajos de las casas se inunden, se recomienda situarse en la parte alta de las edificaciones y esperar a que los servicios de emergencia puedan dar una respuesta.

“Todos los cuerpos de seguridad y emergencias de las distintas administraciones están preparadas para actuar”, señaló el Cabildo. Y es que Gran Canaria es una isla “muy vulnerable” a la caída de agua dada su altitud y sus barrancos, así como por la escasez habitual de precipitaciones.

Si alguna persona se encuentra en un coche durante una riada, las autoridades recomiendan abandonar el vehículo para no ser arrastrado, ya que “es una situación de mucho peligro, por eso es mejor evitar salir, máxime en una situación agravada por el viento”.

El presidente del Cabildo, Antonio Morales, se puso en contacto esta mañana con los alcaldes y alcaldesas de Gran Canaria para informarles de la situación, y exigió máxima atención y coordinación.

En este sentido, el Gobierno de Gran Canaria reprochó que, a pesar de las advertencias y los momentos de riesgo de este viernes en Ojos de Garza, esta zona amaneció con coches aparcados cuando se recomendó lo contrario porque los vehículos pueden terminar arrastrados en el mar por la imprudencia de sus dueños.