Albiol recuerda que la Unión Europea ya ha actuado contra algunos estados miembros y alerta de que "no puede sancionar a unos países por sus legislaciones regresivas y luego escudarse en su supuesta falta de competencias para hacer la vista gorda con otros".

Por ello, considera que la Unión Europea debe aplicar el artículo 7 del Tratado de la Unión Europea, cuyo objetivo es garantizar que los socios cumplen con los valores comunitarios. "La libertad de expresión es un derecho fundamental y sentencia a sentencia la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, amparados en el Código Penal y las leyes mordaza del Partido Popular, llevan varios años aplicando correctivos a toda voz que se salga del pensamiento generalizado de amor a la patria y a la bandera que ellos pretenden mantener", argumenta Albiol.

En su opinión, esa condena debería hacer saltar las alarmas de la Unión Europea, "tanto como que se condene a tuiteros o se juzgue a artistas, activistas o cómicos", porque todo ello forma parte de una "nueva inquisición" para neutralizar "cualquier expresión de disidencia" y mantener intactos "los pilares del régimen del 78".

La aplicación de ese artículo, explica Albiol, puede conllevar la retirada del voto en el Consejo Europeo, es decir, que España no podría participar en la toma de decisiones "hasta que se comporte y respete los supuestos valores europeos".

Albiol ha enviado un correo al director de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, Michael O'Flaherty, que incluye la sentencia contra el rapero y en la que subraya que las normas rigen para todos los estados miembros y las instituciones de la Unión Europa deben hacer que se respeten. El rap, agrega, no puede llevar a nadie a prisión "por muy crudas que sean sus letras".

La Unión Europea, concluye, "puede seguir haciendo como que los únicos problemas de violaciones de los derechos fundamentales se producen en los países del Este o actuar de una vez por todas y sancionar al Estado español. Cuando una democracia comienza a asfixiar poco a poco la palabra, el arte, el humor o el pensamiento crítico emprenden un viaje sin retorno hacia cualquier lado, menos el de la democracia".