Almeida acudió al inmueble ocupado por el autodenominado Centro Social ‘La Ingobernable’ hace nueve meses, y ocho meses después de que los servicios jurídicos del Ayuntamiento instaran a desalojarlo, y miembros del colectivo, que en la primera visita del portavoz popular al lugar se dedicaron a abuchearle, esta vez se sumaron a las preguntas de los medios de comunicación y luego dieron su versión a los mismos.

El portavoz popular denunció que La Ingobernable ha “ocupado ilegalmente un patrimonio de todos los madrileños” para “procurarse un modo de vida a costa” de éstos, y que los concejales de Ahora Madrid “siguen saludando alegremente la ocupación” de este edificio, y pidió al Gobierno municipal que cumpla la ley y lo resuelva, igual que los narcopisos de Vallecas. Además, dejó caer que las actividades que habría hecho la Fundación Ambasz, a quien se lo cedió por 75 años el Gobierno de Ana Botella, habrían interesado más a los madrileños que las de La Ingobernable.

A preguntas de los propios okupas, Almeida admitió que podría discutirse si la cesión a Ambasz era oportuna, pero no que fue legal, a diferencia de la ocupación de La Ingobernable. Además, recordó que el actual Ejecutivo ha hecho “exactamente la misma cesión” a la Fundación Sandretto de una sala en Matadero, y atribuyó a una decisión técnica la de la Comisión Local de Patrimonio que hace dos meses rebajó la protección debida al edificio, lo que permitiría a Ambasz construir su proyecto de museo.

El portavoz popular aclaró que el PP no discute las actividades de La Ingobernable ni dice que sean antisistema, pero que lo que es antisistema es ocupar ilegalmente un edificio, y recordó que el Ayuntamiento ya ha habilitado un procedimiento para ceder espacios municipales a estos colectivos.

Por tanto, dijo que La Ingobernable “tiene que constituirse como asociación y solicitar al Ayuntamiento que se les ceda un local, en igualdad de condiciones con el resto de colectivos”, que “tienen el mismo derecho” y “no tomarse la justicia por su mano”, porque él no pide para La Ingobernable “ningún trato diferente” que para el resto de asociaciones. Cuando planteó qué pasaría si todas las asociaciones utilizaran el mismo ‘modus operandi’, uno de los okupas allí presentes exclamó: “Sería el paraíso”.

LOS OKUPAS

Cuando los medios preguntaron a los portavoces de La Ingobernable por qué no seguían la recomendación de Almeida, éstos contestaron que “es un tema que desde la asamblea todavía no hemos empezado a trabajar”, y que “tiene que salir de los debates de La Ingobernable y con los vecinos”. Después de nueve meses en el edificio, explicaron el retraso apelando a que es “una democracia distinta, en la que todo se discute lo más mínimo hasta llegar a un consenso”.

En ningún caso dudan de la supuesta legitimidad de la ocupación, porque, alegó una de ellas, “estos colectivos venían de una necesidad”, la derivada de que “Madrid no aporta ningún espacio donde puedan desarrollar sus actividades”, y, “de repente, un edificio se abre y es de ellos”. “Lo que nos interesa a todos es dotar de vida al edificio y al barrio y es lo que está sucediendo. Estamos en el mejor de los casos”, aseguró.

Su compañero dijo que esto es “un conflicto político” y que apuestan por un diálogo abierto y transparente” con el Ayuntamiento, pero que lo que han hecho, más que una ocupación, es “la recuperación de un espacio para el barrio”, por lo que concluýó: “Nos vemos legitimados porque entendermos que había sido borrado del mapa”.