Así lo asegura SEO/BirdLife en su informe ‘Estado de los humedales Ramsar en España de interés para las aves acuáticas’, hecho público con motivo del Día Mundial de los Humedales, que se celebra este viernes, en recuerdo de la fecha de adopción de la Convención sobre los Humedales (2 de febrero de 1971) en la ciudad iraní de Ramsar, a orillas del mar Caspio.

El planeta cuenta actualmente con un total de 2.299 humedales importantes repartidos por 169 países y con una extensión total de 225.517.367 hectáreas. Así figura en la Lista de Humedales de Importancia Internacional, elaborada por la Oficina de la Convención de Ramsar y recogida por Servimedia.

Reino Unido es el país con más sitios designados (174), seguido de México (142), España (74), Suecia (68), Australia (65) y Noruega (63).

España desciende en cuanto a la superficie con humedales, ya que sus 303.090 hectáreas son superadas por otras 73 naciones, con Bolivia (14,8 millones), Congo (13,8 millones), Canadá (13,1 millones), Chad (12,4 millones) y Rusia (10,3 millones) en cabeza.

Respecto a la UE, España es el quinto Estado miembro con menos superficie cubierta por humedales (un 0,2% del total), sólo por delante de Eslovenia, Eslovaquia, Chipre e Italia. En lo más alto de la clasificación están Irlanda (5,6%), Suecia (5,4%) y Finlandia (5,0%).

CONSERVACIÓN ‘POBRE’ O ‘MUY POBRE’

Por otra parte, organizaciones ecologistas critican la calidad de los humedales españoles reconocidos internacionalmente. Por ejemplo, SEO/BirdLife dispone de información de 60 de esos 74 sitios en España gracias al seguimiento de las aves acuáticas y señala que todos sufren una presión global calificada como ‘alta’ o ‘muy alta’.

Esta situación conlleva una disminución del estado de conservación global de estos hábitats, que es valorado por la ONG como ‘pobre’ o ‘muy pobre’ en más de la mitad de los humedales (54%) y sólo ‘bueno’ en un 12% de los espacios.

Entre los humedales en la parte más baja de la tabla se encuentran Doñana (Huelva y Sevilla), Delta del Ebro (Tarragona), Mar Menor (Murcia), Tablas de Daimiel (Ciudad Real), la Albufera de Valencia (Valencia) o la Albufera de Adra (Almería).

Las principales amenazas están relacionadas con la gestión del agua (el 60% de los casos analizados), fenómenos climáticos extremos como las sequías o las inundaciones (38%), la agricultura (38%), la contaminación no directamente relacionada con el agua (36%) y las molestias humanas (36%).

Las sequías constituyen una presión de riesgo ‘muy alto’ en diversos humedales Ramsar de interior y endorreicos, como la laguna de Gallocanta, la laguna de Manjavacas o la laguna de Fuente de Piedra; algunos de la costa levantina, como la Albufera de Valencia, los marjales de Pego-Oliva y el pantano de El Hondo, y otros grandes sistemas lacustres de interior, como las Tablas de Daimiel.

“ESCASEZ DE AGUA”

La directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, apunta que “las sequías son absolutamente normales en un clima mediterráneo”, pero “el problema es la escasez: no hay agua para tanta expectativa, cada vez hay más regadío y lo que hay que hacer es una buena gestión de la demanda”.

Por ejemplo, Doñana ha alternado momentos de sequía con inundaciones y forma parte, junto con las Tablas de Daimiel, del restringido listado de humedales en peligro de la Convención de Ramsar (la lista Montreaux) desde hace 28 años. “El problema no es la sequía, sino la gestión del agua”, precisa.

Roberto González, responsable del Progama de Aguas de SEO/BirdLife, añade que “la sequía provoca un factor más de estrés a unos sistemas acuáticos estresados por la escasez de agua”, por lo que recomienda adaptar la planificación hidrológica a este fenómeno climático y no limitarla a medidas excepcionales.

El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente sacó el pasado 21 de diciembre a información pública la revisión de los planes especiales de gestión de las sequías (Planes de Sequía) de todas las cuencas hidrográficas intercomunitarias en las que la competencia es del Estado y que no se revisan desde 2007.

Por otro lado, Ecologistas en Acción señala que esos Planes de Sequía deben incluir medidas de protección de los caudales ambientales y un control de la extracción de agua para paliar los efectos de la escasez hídrica y evitar que la sobreexplotación del agua afecte al estado de conservación de las zonas húmedas.

Ecologistas en Acción indica que la sequía actual provoca que una gran parte de los humedales se hayan secado o hayan permanecido con muy bajos niveles de agua y más vulnerables a la contaminación. “Humedales protegidos como Doñana, la Mancha Húmeda y Daimiel, la Albufera de Valencia, el Mar Menor o la laguna de Gallocanta se han encontrado bajo mínimos, y algunos están al borde del colapso”, asegura.

HUMEDALES URBANOS

Por otra parte, el tema del Día Mundial de este año es ‘Humedales para un futuro urbano sostenible’. La secretaria general de la Convención de Ramsar, Martha Rojas Urrego, indica que, “conforme van creciendo las ciudades y aumenta la demanda de terreno, se tiende a invadir los humedales, que a menudo se consideran como terrenos baldíos que pueden servir para verter residuos o convertirse para otros fines.

“No obstante, cuando se conservan y se utilizan de manera sostenible, los humedales urbanos pueden aportar diversos beneficios económicos, sociales y culturales. Son terrenos valiosos, no baldíos y por lo tanto se deben integrar en los planes de desarrollo y gestión de las ciudades”, agrega.

SEO/BirdLife organiza o coordina 139 actividades en 67 puntos de participación con el fin de trasladar a la ciudadanía el valor ambiental, cultural y social de los humedales urbanos (ríos, charcas, lagunas, estuarios o arroyos), a través de rutas ornitológicas, talleres infantiles, repoblaciones, recogida de residuos en la naturaleza o conferencias sobre aves. Las actividades, que se desarrollaran principalmente durante este fin de semana y hasta la semana próxima, pueden consultarse en ‘www.diadeloshumedales.com’.

La ONG lanza el lema ‘Que dejen el agua correr’, en alusión a que en algunos de estos humedales urbanos basta con permitir que el agua fluya por ellos en cantidad y calidad suficiente para que estos ecosistemas palustres o fluviales recuperen su aspecto más natural. Por este motivo, hace un llamamiento a los ayuntamientos para que presten atención a los humedales susceptibles de ser restaurados o mejorados, muchas veces con medidas sencillas pero eficaces.