“Estamos hablando de más de 732 millones de menores de edad”, apuntó José M. Faura, director general de Educo, con motivo del Día Escolar de la No Violencia y la Paz, que se celebra mañana, martes.

En su opinión, “la protección de la infancia es una de las asignaturas pendientes a nivel mundial, especialmente en las escuelas”. El castigo corporal, dentro de la escuela o en el ámbito familiar, tiene graves consecuencias en el desarrollo de los más pequeños, advirtió, “no solo a nivel físico”.

“Los niños y niñas maltratados pierden la autoestima y, al haber crecido en un entorno violento, tienen más probabilidades de usar la violencia en su vida cotidiana cuando sean adultos”, agregó. "También empeora su capacidad de aprender y de comunicarse pacíficamente con sus compañeros de clase, lo que implica un mayor fracaso escolar”.

Para luchar contra esta lacra, Educo reclamó aprobar leyes en las que se prohíba explícitamente el castigo corporal a menores de edad y más implicación de los gobiernos para sensibilizar a padres y educadores sobre los peligros del castigo físico, ya que en muchos países esta práctica no está mal vista.