Según informó Interior, Zoido participó esta jornada en el Consejo de Ministros de Justicia y Asuntos de Interior de la Unión Europea (JAI), que tuvo lugar en la capital búlgara, coincidiendo con que este país haya asumido la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea.

Los ministros del Interior de la UE abordaron la situación migratoria en los países comunitarios, el Sistema Europeo Común de Asilo (SECA) y la necesidad de fortalecer los controles fronterizos, una prioridad que es clave para mejorar la seguridad interna de la Unión Europea.

Sobre el “pacto global” sobre inmigración que prepara la UE, Zoido dijo que “debe ser coherente con la diferente regulación que hay entre inmigrantes y refugiados, porque contribuye a reforzar la seguridad jurídica y permite que las capacidades de respuesta se centren en el área adecuada”.

“LOGRAR EL EQUILIBRIO”

Además, el ministro defendió “que el control de fronteras debe ser tratado como una competencia nacional, dado que es uno de los elementos que definen la soberanía de cada Estado”. En este sentido, recordó “que no cabe concebir una inmigración segura y ordenada sin una política que incorpore dos ejes esenciales como son el refuerzo de las vías de la inmigración legal y la creación de oportunidades en países de origen”.

Además, Zoido defendió que la reforma del SECA “deberá contribuir a mejorar la gestión de la política común de asilo y a evitar futuras crisis”, al tiempo que se refirió a que “la mayoría de los flujos que llegan irregularmente a la Unión Europea son de carácter migratorio y no de personas necesitadas de protección internacional, aunque presenten las solicitudes de asilo como vía para poder permanecer en Europa”.

En este sentido, el ministro se refirió a que cada instrumento de este paquete legislativo tiene su importancia, pero desde hace tiempo el Reglamento de Dublín ha adquirido una especial relevancia puesto que en él se ha incorporado el cumplimiento de los principios de responsabilidad y solidaridad.

“Lograr el equilibrio”, dijo Zoido a los otros ministros, “entre ambos principios, tanto en su aplicación ordinaria, como en situaciones de crisis, es indispensable para la estabilidad de la reforma. Sin este equilibrio real, tendremos necesariamente que seguir discutiendo, una y otra vez”.