Izquierdo, que venía precisamente del pleno infantil en la Asamblea de Madrid, manifestó que para el Gobierno autonómico “es un honor” firmar con Unicef, que “no es una asociación más”, sino una agencia de Naciones Unidas con el “mandato claro” de “defender los derechos de los menores y procurar que haya cambios reales, estructurales, duraderos en las políticas de infancia”, por lo que se trata de “la entidad más representativa” en la materia y con la que más conviene “unir sinergias”.

El consejero recordó que la firma de este convenio era un compromiso personal de la presidenta, Cristina Cifuentes, y dado que no existe propiamente la categoría de “región amiga de la infancia” confía en que “todos o casi todos los municipios” madrileños “puedan conseguir ser ‘ciudades amigas de la infancia’.

En cualquier caso, Izquierdo reivindicó que el Plan de Infancia y Adolescencia 2017-2021 de la Comunidad, que se aprobó el pasado 21 de noviembre tras trabajarse con 120 entidades y más de 800 niños de distintos sexos y razas, comprende 239 medidas distribuidas en seis líneas estratégicas, está dotado con casi 2.000 millones de euros y coincide con los cuatro ejes que enumeró antes Martos como criterios rectores de Unicef: supervivencia, educación y desarrollo, vulnerabilidad y participación.

En su opinión, el madrileño es “el plan de infancia más participativo y plural de España”, y abarca tanto la igualdad y no discriminación, como la autonomía y promoción de los derechos y deberes de los niños, siempre bajo el principio del “interés superior del menor”.

Izquierdo reconoció que “el trabajo no está conseguido” y que “falta mucho por hacer”, pero se mostró convencido de que los 179 ayuntamientos madrileños, con independencia de qué partido los gobierne, mostrarán un “claro compromiso de trabajar por los derechos de los menores”. Por eso, cree que el convenio da “un paso sin precedentes” en el que la Comunidas se junta “con los mejores” para trabajar en favor de la infancia y la adolescencia, y supone “un punto de inflexión importantísimo” porque, integrando el programa de Unicef, “ahora los menores van a estar sin duda en la agenda política”.

Martos recordó que el programa ‘Ciudades Amigas de la Infancia’ nació en 1996 en México y puso especial énfasis en el elemento de participación de los niños en los temas que les atañen de la gestión educativa y sanitaria, pues es “un elemento de construcción de democracia”, en presente y futuro, que favorece a los niños y también a los adultos. Según dijo, Unicef, satisfecha de las experiencias “muy positivas” que está constatando en este sentido, está ahora tratando de llevar este programa al Congreso de los Diputados.