En una comparecencia desde Bruselas, Puigdemont comenzó dedicando sus palabras a quienes han vivido una situación más difícil en esta campaña, como los candidatos que están en prisión preventiva. Pese a todo, dijo, se ha podido mantener la legitimidad y la continuidad de la Generalitat.

"Rajoy y sus aliados han perdido y han reciobido una bofetada de los catalanes", aseguró, acusando al Gobierno de plantear las elecciones como un plebiscito de legitimación de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, pero "se ha hundido".

Con los resultados en la mano, dijo Puigdemont, resulta necesaria una "rectificación" por parte del Estado, la restitución del Gobierno legítimo de Cataluña y la "reparación" a las personas que han resultado perjudicadas por las decisiones del Estado. "Hay mucha gente en la cola" para esas medidas, aseguró, y "los estamos esperando".

Se mostró convencido de que la situación es "mejor para el independentismo" que hace dos años porque ahora el bloque independentista suma ahoramás escaños y tendrá mayor libertad parlamentaria.

Como "presidente legítimo" de Cataluña, Puigdemont se dirigió a las instituciones de la Unión Europea para alertar de que tienen que "tomar nota" porque "la receta de Rajoy no funciona" y si la sigue aplicando el resultado será también el mismo. O cambia de receta, añadió, "o cambiaremos de país antes de lo que nos habíamos propuesto".

Se dirigió también a quienes han avalado activamente o con su silencio esa receta de Rajoy porque los catalanes se han ganado el derecho a decidir su futuro y ningún camino que prescinda de esa premisa podrá funcionar. "Empiecen a rambiar las recetas rápidamente si tratan de buscar soluciones".

Pese a que las condiciones impiden "brindar con cava", Puigdemont insistió que el independentismo ha ganado "sin duda" y en una situación "de excepción", con candidatos en prisión, con "el gobierno en el exilio" y disponiendo de "una cuarta parte" de las herramientas que el Estado ha puesto a disposición "del tripartito del 155".

Han sido unas elecciones "preparadas para que las ganara el unionismo" pero solo han conseguido una "redistribución" de sus propios apoyos y la mayoría absoluta de los independentistas está "intacta" y con una victoria en prácticamente 700 de los 947 municipios catalanes.