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  • Guerra en Ucrania Una familia de refugiados ucranianos sordos aprende lengua de signos española para romper con su aislamiento Ser refugiado ucraniano y presentar una discapacidad obliga a sortear una doble barrera: la de las fronteras para encontrar un país seguro y la de su propia discapacidad. Al llegar a su nuevo destino el primer obstáculo es el idioma, lo que se complica aún más cuando la discapacidad es la sordera y ni siquiera pueden oír. Este es el caso de los Kondra, una familia de refugiados ucranianos compuesta por seis miembros, todos ellos sordos, que viven en Zaragoza, donde estudian la lengua de signos española para comunicarse con su nuevo entorno Noticia pública