En aquella reunión se debatió, entre otros asuntos, la petición del PP de convocar una sesión extraordinaria del Pleno del Congreso en la que se debatiera el inicio del proceso de ilegalización de ANV.

Durante el debate, el portavoz de ERC, Joan Tardà, preguntó al PP dónde estaba su presidente fundador, Manuel Fraga, mientras ANV luchaba por la libertad contra la dictadura franquista, y llegó a decir que Fraga tiene las manos "manchadas de sangre".

Inmediatamente, Zaplana pidió la palabra por alusiones y aseguró que Fraga hizo una contribución "muy importante" a la llegada de la democracia, para que, entre otras cosas, Tardà pudiera expresar en el Parlamento "sus ideas totalitarias y fascistas".

La sesión estaba presidida por la vicepresidenta tercera, Carmen Calvo, que ordenó inmediatamente la eliminación del Diario de Sesiones de las palabras de Tardà por considerar que eran la imputación de un comportamiento delictivo.

Calvo propuso también al PP retirar los calificativos formulados por Zaplana, a lo que el portavoz se negó.

Sin embargo, Zaplana ha constatado que sus palabras fueron también eliminadas del Diario de Sesiones y asegura en su escrito que lo fueron sin sustento reglamentario, porque no constituían ofensa al decoro de la Cámara, sus miembros, las instituciones del Estado o de cualquier otra persona o entidad.

Argumenta Zaplana que sus palabras no eran un insulto personal, sino "una simple valoración política propia del debate político" dirigida a sus ideas.

Recuerda, además, que la Constitución garantiza una especial protección del derecho a la libertad de expresión y opinión de los parlamentarios, por lo que solicita que sus palabras sean incorporadas al Diario de Sesiones.