Zaplana hizo estas manifestaciones en el Congreso de los Diputados, donde acudió a presentar su credencial como parlamentario para la legislatura que se abrirá la próxima semana.

A su juicio, el perfil para sustituirle en la portavocía "lo tienen muchos candidatos" en el PP, aunque su nombramiento no es una decisión aislada, sino que se inscribe dentro del "puzle" que debe hacer Rajoy "para ubicar a determinadas personas en distintas responsabilidades, todas ellas muy importantes", antes de la celebración del congreso de junio.

En todo caso, el hasta ahora portavoz parlamentario del PP abogó por "un grupo parlamentario muy fuerte, muy capaz, muy competente y capaz de defender nuestro programa e ideas en una etapa distinta".

CONSIDERACIÓN Y RESPETO

A su juicio, para dirigir la labor de oposición se deberá elegir a alguien con "muchísima consideración política" y que inspire "respeto", y en el PP "hay compañeros de sobra para hacer ese papel", insistió.

Sobre su futuro político, dijo no tener ninguna preferenciapor una nueva responsabilidad y aseguró que asumirá "muy disciplinadamente" lo que el partido le encargue.

"Seré diputado y haré lo que me encargue el nuevo portavoz, pero sin ninguna pretensión, sin ninguna ambición en este momento, y sin ningún interés especial por ninguna materia; simplemente estaré en un segundo plano colaborando y ayudando a quien tenga la misión de dirigir el grupo parlamentario", declaró.

En cuanto a la conveniencia de que otros dirigentes del PP abandonen sus cargos para facilitar la renovación, Zaplana manifestó que "las catarsis en política no son buenas" y, además, "en esta ocasión no hay motivos para ella".

"Hemos crecido en votos, hemos crecido en escaños y lo que pasa es que hay determinados puestos que generan desgaste que creo que es bueno para el partido y para el propio titular renovarlos, pero hay otros que no tienen por qué (ser renovados)", comentó.