El resto de los grupos parlamentarios suscribió ayer un acuerdo por el que se comprometían a bloquear las iniciativas que pueda presentar el PP sobre los atentados del 11 de marzo en Madrid.

"Confío", dijo el portavoz popular en el Congreso, "en que no les moleste que pueda solicitar una iniciativa de esa naturaleza. Que no crean que es dañar las intituciones, que no crean que es dañar a la Cámara y que no crean que me deben de parar los pies simplemente por preguntar si existe o no una falsificación de un documento del Ministerio de Interior".

Zaplana se mostró convencido de que muchos de los portavoces parlamentarios que ayer comparecieron para respaldar el boicot "hoy estarán arrepentidos de haberlo hecho, es más, hoy no lo harían". En concreto, Zaplana desveló que uno de los firmantes del pacto le transmitió ayer su descontento, aunque se negó a identificarlo y aseguró que algunos fueron "engañados o manipulados".

"Algunos tienen que estar hoy avergonzados, porque son gente de bien y se sumaron por una estrategia política, pero es una indecencia lo que se hizo ayer porque no puede hacer una conjura para que ese tema no se trate", insistió.

Eduardo Zaplana anunció que el PP piensa solicitar la comparecencia del titular de Interior y se preguntó "¿si no se puede preguntar por la falsificación de documento en el Ministerio de Interior, que tenemos que hacer aquí ya?. Mañana pueden decirnos que estamos violentando la seguridad del Estado si preguntamos por la inmigración y como eso no tiene límites acabaríamos cerrando esta casa".

En una democracia, explicó, los ciudadanos tienen la capacidad de decidir quién quiere que les gobierne, "pero no de decir que se calle a nadie. Estamos llevando al absurdo esta cuestión. Lo que quieren es amordazarnos y lo que ha pasado es gravísimo. Si yo fuera el ministro de Interior yo estaría mañana en el Congreso".