AFGANISTÁN

ZAPATERO VUELVE A ESPAÑA SIN CONOCER DE PRIMERA MANO LA LABOR DE RECONSTRUCCIÓN ESPAÑOLA EN QAL-I-NAW

HERAT (AFGANISTÁN)
SERVIMEDIA

Las duras condiciones meteorológicas en Afganistán y la escasez de tiempo han impedido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, comprobar de primera mano la labor de reconstrucción que los militares españoles desarrollan en Qal- i-Naw, la tercera ciudad del país y una de las más pobres.

Qal-i-Naw era la primera escala prevista de la visita que el presidente realiza por sorpresa a las tropas españolas destinadas en Afganistán, acompañado por los ministros de Defensa, José Bono, y de Exteriores, Miguel angel Moratinos.

Pero los planes se frustraron en el último momento debido a las condiciones meteorológicas de la zona, que impedían la visibilidad necesaria para que el avión "Hércules" de la fuerza aérea española pudiera aterrizar.

La climatología afgana es extrema, con temperaturas que superan los cincuenta grados en verano y bajan sistemáticamente de los cero en invierno, con oscilaciones de decenas de grados en apenas unas horas y sin apenas humedad. Todo ello fuerzaun paisaje agreste y árido que acentúa aún más la sensación de estar a merced de los elementos, entre los que la arena en suspensión es una constante.

"CAMP ARENA"

A ello se une la inexistencia de infraestructuras y, especialmente, de carreteras y pistas de aterrizaje. A diferencia de "Camp Arena", la base que los españoles tienen a las afueras de Herat rodeada de un gran perímetro de seguridad y con la pista de aterrizaje en las inmediaciones, la "General Urrutia" se encuentra en el centro mismo de la ciudad de Qal-i- Naw.

Eso obliga a las aeronaves militares a aterrizar a varios kilómetros de la ciudad, fuera de todo perímetro de seguridad y utilizando una pista construida por los soviéticos en plena guerra de Afganistán, asolada después y reconstruida por los españoles cuando llegaron a la zona.

Se trata de una pista de arena apisonada, suficiente para los helicópteros pero más delicada para los aviones. De hecho, cuando José Bono visitó a las tropas allí destinadas, el pasado mes de agosto, los soldados comentaban después que había sido el primer "Hércules" en aterrizar en esa pista con pasaje a bordo, ya que todos los anteriores vuelos habían sido sólo de material y las tropas habían llegado en helicóptero.

El propio Bono pudo comprobar las duras condiciones que rodean la llegada a Qal-i-Naw. Las aeronaves se aproximan en vuelo táctico, es decir, a pocos metros del suelo para no ser detectados por posibles elementos hostiles desde tierra.

El aterrizaje desencadena una nube de polvo que impide la visibilidad fuera del aparato durante varios minutos, y al descender la arena se respira a modo de bienvenida a un país en el que el color acre del terreno parece ser el único en kilómetros a la redonda.

Esa escasez de todo lo que significa el progreso es lo que intentan paliar los militares allí destinados, entre ellos los españoles, y la prueba es Qal-i-Naw, capital de Bagdhis, una región que alberga a más de 400.000 habitantes y que refleja el atraso en el que decenas de guerra han sumido al país.

En sus calles las mujeres con burka son una estampa habitual, pese a que la prenda fue oficialmente derrocada junto a los talibanes. Ninguna mujer que haya superado la adolescencia pasea por Qal-i-Naw exponiendo su rostro, y Bono pudo comprobarlo en agosto.

Entre las autoridades con las que se entrevistó estaba una de las pocas mujeres candidata a las pasadas elecciones al Parlamento afgano, en su caso por la región de Bagdhis. A cara descubierta, explicó a Bono las carencias y necesidades de la mujer afgana, pero cuando terminó el acto oficial, se cubrió con el burka pasa salir a la calle.

TRUEQUE

En Qal-i-Naw llaman también la atención los paupérrimos comercios donde los lugareños intercambian sus pertenencias en una especie de trueque y que son, en realidad, contenedores de la época soviética utilizados como reducidos habitáculos.

Allí se pueden adquirir ungüentos medicinales, pan o carne de cordero expuesta sobre el suelo y muchas veces cubierta de arena, aunque escasos son los lugareños que pueden comprarlo.

El bien más preciado de la zona es el agua, ausente o inaccesible en la geografía afgana. Los militares españoles cuentan que cerca de Herat, a los pies del Hindukush, desde los helicópteros es habitual ver a los nómadas dejando atrás sus jaimas negras instaladas en las cumbres para descender por cañones de cientos de metros para recoger agua de un riachuelo.

Precisamente agua potable es la demanda que más reiteraron a Bono las autoridades de Bagdhis, las mismas con las que Rodríguez Zapatero tenía previsto entrevistarse en esta ocasión.

Agua potable, electricidad, infraestructuras, atención sanitaria y educación, sobre todo para las niñas y las mujeres, que en Afganistán, y especialmente en esta región, siguen viendo la realidad desde detrás de los hombres.

Los militares de la base "General Urrutia" viven en tiendas de campaña junto a la antigua casa del gobernador, que tuvieron que reconstruir nada más llegar. Desde allí patrullan diariamente por las calles de Qal-i-Naw para conocer las demandas de los ciudadanos y coordinar con las autoridades locales las posibles soluciones.

ATENCIÓN A MUJERES

Gracias a esa labor se abrió un centro de atención a mujeres, una emisora de radio local y también se ha reconstruido un puente, esencial para las comunicaciones por tierra, que el presidente del Gobierno iba a visitar.

La labor de los militares debe ser completada con la de ONG desplazadas a la zona, aunque previamente debe estar garantizada la seguridad de los cooperantes, ya que algunos de ellos, pertenecientes a una organización francesa, abandonaron el lugar tras varios ataques.

Qal-i-Naw acoge a unos 130 militares españoles que trabajan como equipo de reconstrucción regional (PRT).En la zona hay otros puestos atendidos por militares de distintos países, todos ellos integrados en la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad (ISAF), bajo mandato de la ONU.

Algunos de estos puestos, entre ellos el español de Qal-i- Naw, emplea a lugareños para hacer las labores de reconstrucción, contratados a través de los jefes gremiales, dando con ello ejemplo de colaboración y poniendo especial énfasis en el trabajo de las mujeres.

A todos ellos les presta asistencia logística la base "Camp Arena", en Herat, que alberga a unos 400 militares españoles y a otros cientos de otras nacionalidades, sobre todo italianos, y donde se encuentra también un hospital de campaña con gran capacidad de asistencia e intervención.

Qal-i-Naw y Herat distan apenas cien kilómetros, pero su comunicación por tierra es casi imposible, y la travesía, dicen los militares españoles, es infernal. Por ello los traslados se hacen en helicóptero, siempre en vuelo táctico y con enormes precauciones.

En uno de esos traslados 17 militares españoles de Herat murieron el pasado mes de agosto cuando su helicóptero se precipitó al suelo. A ellos el presidente del Gobierno rindió un homenaje antes de compartir el rancho con el resto del destacamento de esta base.

(SERVIMEDIA)
19 Dic 2005
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