Así lo explicaban esta mañana algunos de los asesores del presidente, después de un debate del que los socialistas valoran especiamente lo que consideran la quiebra de las estrategias del PP.

Dicen en su entorno que Rodríguez Zapatero salió contento del debate y, al llegar a Moncloa, a pesar del cansancio acumulado por la campaña electoral, quiso ver la grabación que le habían preparado sus asesores.

Al verlo, dicen, fue más consciente que en el plató de algunos de los "errores" cometidos por Mariano Rajoy, especialmente su empeño por intentar convencer a los espectadores de que el PSOE apoyaba la guerra de Iraq a pesar de haber retirado a las tropas.

Aseguran que a lo largo del debate el candidato socialista se sintió a gusto y tuvo la sensación de llevar la voz cantante, en parte porque abría los turnos de intervención en los distintos bloques.

Subrayan que fue capaz de exponer sus principales propuestas, frente a un Rajoy que se quedó anclado en la crítica al Gobierno, sin apenas espacio para defender su alternativa con ideas concretas.

Los socialistas estaban hoy visiblemente satisfechos, aunque templan los ánimos con el mensaje de que las elecciones no están ganadas y al PSOE no le sobrará ningún voto el próximo domingo.