Durante la clausura de una convención municipal de los socialistas en Zaragoza, aseguró que una tarea prioritaria para la próxima legislatura es "desterrar la descalificación, el insulto, la crispación", y ese tipo de tareas las tienen que resolver los ciudadanos en las urnas.

En sus manos está, aseguró, la única forma de hacer que quienes mantienen posiciones cerradas y extremas "tengan que cambiar". Los ciudadanos, añadió, "tienen derecho a una nueva derecha" que encauce sus energías en favor del país y no en "atacar al Gobiero utilizando la lucha antiterrorista".

Los ciudadanos lo saben, sentenció, y por eso en las elecciones "les vamos a ganar con una mirada positiva, con una sonrisa amplia, y sin contestar a sus insultos y sus descalificaciones".

No hizo mención expresa alguna a la última polémica con la Conferencia Episcopal por la pastoral en la que piden a los votantes que no respalden a quienes negocian con terroristas, pero sí al rechazo en el Tribunal Constitucional al recurso del PP contra la Ley de Igualdad.

Denunció la intención del PP de poner "obstáculos" a la plena igualdad de las mujeres, como ha hecho siempre la derecha, añadió, a todos los avances que suponen ampliación de derechos y libertades.

Afortunadamente, concluyó, los ciudadanos quieren "un país libre, de iguales, donde nadie les imponga ninguna creencia salvo la de cada uno y el respeto a la de todos".

Habló también de familia para defender las medidas aprobadas a lo largo de la legislatura y concluir que "unos hablan de familia para imponer sus doctrinas y nosotros hacemos las políticas sociales de apoyo a la familia".

Denunció que el PP habla de la economía y de los problemas de las familias al final de la legislatura, después de cuatro años en los que no se han preocupado y de haberse opuesto incluso a la subida del salario mínimo.

Cuando se propone una rebaja del IRPF de 400 euros para asalariados y pensionistas "¡cómo se han puesto! Imaginad que hubiera sido subir los impuestos, no lo quiero ni imaginar", exclamó.

Como ciudadano, como demócrata y como gobernante, Rodríguez Zapatero defendió lo que representan los impuestos como contribución de todos al común para repartir. Pero defendió también que una buena gestión de los recursos permite tomar decisiones "que facilitan algo más la vida a la gente".

Esa medida, insistió, será buena para la economía porque la dinamizará, creará empleo, y aumentará el poder adquisitivo de asalariados y pensionistas. Demuestra, concluyó, el objetivo de los socialistas, "crecer en favor de la mayoría" y dentro de ella primero los que tienen más dificultades.

Una vez consolidados nuevos derechos y puestos los cimientos para la igualdad efectiva de hombres y mujeres, el presidente aseguró que la próxima legislatura tiene que ser la de la conciliación real de la vida laboral y familiar para que ninguna mujer vea imposibilitado su derecho a trabajar y tener hijos.

En Zaragoza, sede de la Exposición Internacional sobre el agua y el desarrollo sostenible, Rodríguez Zapatero expuso su objetivo de que en la próxima legislatura toda España sea "una exposición ante el mundo" de nuevos derechos y políticas de igualdad y cohesión.

Reafirmó también su compromiso con el crecimiento sostenible y la lucha contra el cambio climático, asuntos en los que, aseguró, las ciudades tienen un papel esencial de liderazgo en políticas de almacenamiento y reparto democrático y solidario de energía como fuente de riqueza.

El reto con el agua, añadió, es ahorrar y gestionar de forma eficiente gracias a los avances tecnológicos, no a soluciones "que han quedado para otro tiempo".

FERROCARRIL

Para lograr ese desarrollo sostenible defendió con especial énfasis el impulso al transporte público, especialmente el ferrocarril, y subrayó el esfuerzo del Gobierno por el crecimiento de una red de alta velocidad que cohesionará territorialmente todo el Estado.

Expresamente valoró el trabajo del secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, aragonés y presente en el acto, cuestionado por los problemas del AVE en su llegada a Barcelona y las repercusiones en la red de cercanías.

Precisamente el propio Rodríguez Zapatero aseguró que el AVE llegará "muy pronto" a Barcelona, aunque no precisó la fecha ni si será antes de las elecciones generales. Sólo con la apuesta en nuevas energías y crecimiento sostenible España participará de la próxima revolución industrial, "se lo haya explicado a alguno bien o mal su primo".

En la clausura de esta convención municipal participaron también el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias; el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch; y el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro, que centraron sus intervenciones en el necesario impulso al municipalismo para completar el proceso de descentralización.