A la pregunta del portavoz del Grupo Popular en el Senado, Pío García-Escudero, sobre la impresión del presidente tras la manifestación del pasado sábado contra el Proyecto de Ley de Educación, el jefe del Ejecutivo manifestó su respeto por el derecho que tienen todos los ciudadanos a manifestarse.

Zapatero recordó que la Ley de Calidad de la Enseñanza aprobada por el Gobierno del PP se impuso sin consenso con ningún grupo parlamentario y con una gran contestación social y, sin embargo, el anterior presidente del Gobierno, José María Aznar, "no recibió a nadie, ni habló con los que protestaban".

En su intervención en la Cámara Alta, Zapatero aprovechó para recordar que mañana se reúne con los convocantes de la manifestación para "escuchar y explicar" el contenido de la LOE y la política educativa que quiere el Gobierno.

A su juicio, España tiene un sistema educativo que ha permitido un grado de desarrollo económico y social "sin parangón en la historia", gracias a la extensión de la educación pública y gratuita, y a la extensión y al acceso a los estudios universitarios de sectores sociales que antes no podían. "Gracias al esfuerzo de padres, profesores y estudiantes somos un país con una buena situación social y económica", precisó.

COHESIÓN SOCIAL Sin embargo, el presidente habló de la necesidad de mejorar para conseguir que un mayor número de jóvenes tenga títulos de Bachiller y superiores y para luchar contra el fracaso escolar que se ha incrementado en los últimos años. A su modo de ver, la mejor manera de conseguirlo "es tener una cohesión social en la educación en todos los tramos".

Por su parte, el portavoz del PP pidió a Zapatero que "atienda las demandas de la sociedad", que "rectifique" y que retire la Ley de Educación porque los españoles se han expresado de forma "clara y contundente" en la manifestación del sábado.

García-Escudero recomendó al presidente del Gobierno que salga "de una vez de su mundo virtual de Matrix" porque, a su juicio, "la realidad es que la educación en nuestro país es un absoluto desastre".

Añadió que el anterior Gobierno, después de un largo proceso de negociación con todo el espectro educativo, consiguió una ley que "usted mandó derogar".

"Esto no es una conjura de los obispos", apostilló el portavoz del PP, "no es una cuestión de sotanas ni del PP", insistió el parlamentario popular, quien pidió a Zapatero que busque el acuerdo y no la imposición de una ideología. En el PP, anunció García- Escudero, estamos dispuestos a negociar y a pactar entre todos una reforma que tenga estabilidad en el tiempo.

El presidente del Gobierno le contestó que, a pesar de que el PP ha estado ocho años en el Gobierno, "le puedo asegurar que la educación en España no es un desastre" y prometió que nunca saldrá de su boca "lo que ustedes decían cuando había manifestaciones y ustedes estaban en el Gobierno".

CONTESTACIÓN SOCIAL

El jefe del Ejecutivo recordó que la Ley de Calidad tuvo una amplísima contestación social y el presidente ni habló ni recibió a nadie de los que protestaban contra esa ley. "Este Gobierno responde con más respeto y sensibilidad democrática que los desplantes que escuchábamos cuando la gente se manifestaba en su etapa de Gobierno", subrayó.

Finalmente, explicó que el proyecto de Ley de Educación del Gobierno garantiza la elección libre de centros por parte de los padres, así como el derecho que asiste a los padres a que sus hijos estudien religión. "Lo demás son mentiras y falsedades, diga quién lo diga", aseveró.

"La mejor prueba es que nadie es capaz de ir a la LOE y decir en qué artículo se impide que los padres puedan elegir centro o que sus hijos cursen la asignatura de Religión", aseguró.

El presidente volvió a ofrecer diálogo y mostró su deseo de que el PP responda a la propuesta por escrito que el PSOE le hizo y que se incorpore a negociar la LOE. Pidió, también, que dejen "los eslóganes y las exageraciones" para conseguir resultados en las políticas de educación, que deben estar dentro, recordó, de "las libertades y derechos que consagra la Constitución, en un Estado aconfesional y de derecho".