En su primera respuesta a Rajoy en el debate sobre el Estado de la Nación, el presidente eludió hacer mención alguna a ETA, después de una mínima referencia en su primera intervención y de que el líder del PP le lanzara una advertencia al comienzo de su discurso.

Optó por entrar directamente a otros asuntos, con especial atención a las reformas territoriales. Denunció que el líder de la oposición no expuso en su intervención inicial "ninguna aportación" al debate territorial salvo, ironizó, "la gran aportación doctrinal" hecha al describir la España actual como "un enjambre".

"España es el resultado de los éxitos, esfuerzos, fracasos, dificultades, las confrontaciones que ha habido en nuestra historia, y ese resultado hoy como nunca merece la pena. No es el sueño excluyente de nadie, es un país pacífico y plural, que tiene una dilatada historia y un porvenir garantizado", dijo el presidente.

Rodríguez Zapatero se mostró partidario de la España constitucional, "la auténtica España de las autonomías", de la diversidad, de la descentralización real del poder político, una España que soportó dictadura y presecuciones, y que sabe que la integración se garantiza encauzando las identidades.

"Puede que en su idea de España las comunidades autónomas no pinten nada, que estén sólo para construir carreteras y cuatro cosas más, puede que tenga una idea centralista de España", dijo el presidente a Rajoy.

Sin embargo, el desarrollo territorial y las reformas periódicas exigidas por un modelo descentralizado de poder "no se pueden escribir entre usted y yo y que todo el mundo siga ese guión", porque las comunidades tienen su espacio. "QUÉ PASÓ"

El presidente subrayó la necesidad de buscar consensos y recordó que el PSOE siempre ha estado en esos grandes acuerdos, desde la votación de la Constitución a los estatutos, pasando por sus reformas, ejerciendo como "fuerza promotora de consensos".

Emplazó por ello a Rajoy a recordar "qué pasó" con el partido al que pertenecía Rajoy cuando se votó el Estatuto de Cataluña o cuando Andalucía decidió acceder a su autonomía por el artículo 151 de la Constitución, y a mirar al hemiciclo, en el que se sientan parlamentarios de izquierdas, derechas, nacionalistas y no nacionalistas.

Ese hemiciclo, sentenció el presidente, "no cabe en su idea de España" porque esa idea contiene "la pretensión de que algunos grupos no quepan en esa España". "Si en su idea de España no cabe la representación de todos los ciudadanos, identidades y sensibilidades, esa idea que tienen ustedes de España no sirve, no es útil".

Rodríguez Zapatero insistió en que las reformas territoriales forman parte "de la fisiología del sistema", no de su patología, y el problema del PP es que no hace esa distinción.

Frente a las advertencias del PP, Rodríguez Zapatero aseguró que el PSOE ha tratado de buscar acuerdos y Rajoy optó por la confrontación, especialmente a cuento del Estatuto de Cataluña.

El PP, recordó, denunció que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) dominaba las voluntades del Gobierno y ahora, "paradojas de la vida", el PP votará en el referendum del Estatuto lo mismo que ese partido.

Además, detesta el Estatuto pero en Cataluña "mendiga" entrar en el Gobierno catalán junto a CiU, partido que respalda ese texto y que, además, tiene una calra voluntad de desarrollarlo y aplicarlo.

"PROFETAS DEL DESASTRE"

Rodríguez Zapatero recordó "los pronósticos y profecías, normalmente catastrofistas", proferidos por Rajoy en este debate en otros anteriores, y juzgó "fallidos" todos esos vaticinios. En el PP, sentenció, "son profetas del desastre y un desastre de profetas".

Expuso el presidente las dos opciones existentes para hacer oposición: una, "útil", como la que ejerció el PSOE en los últimos cuatro años antes de llegar al Gobierno, "combinando la crítica con la disponibilidad al pacto, el reconocimiento de aciertos y estar al lado del Gobierno en cuestiones de Estado".

La otra opción es "esperar a que las cosas vayan muy mal, anunciar catástrofes, anunciar cada día el cataclismo", por la que parece haber optado el PP. Esas profecías, alertó, "primero suenan dramáticas, después amenazadores, y en una tercera fase cómicas, como la bufonada de las esposas" en la Asamblea de Madrid.

Rodríguez Zapatero entró a responder algunas de las críticas de Rajoy, entre ellas lo que considera creciente inseguridad ciudadana. El presidente argumentó que el Gobierno del PP redujo los efectivos y los medios dedicados a garantizar la seguridad de los ciudadanos, y aseguró que en sólo dos años se han incorporado a ello el triple de agentes que en toda la legislatura anterior.

Denunció que las deficitarias ofertas de empleo público deterioraron los efectivos de seguridad y la tasa de criminalidad era ascedente, mientras que ahora son descendentes.

Entró también en la inmigración, para reiterar que durante los años de gestión del PP entraron en España millón y medio de inmigrantes sin papeles, que obligaron al nuevo Gobierno a afrontar una regularización extraordinaria, aunque esta vez "ordenada" y exigiendo certificado de antecedentes penales.

Subrayó que la cooperación con Marruecos ha permitido controlar la entrada de inmigrantes desde Ceuta y Melilla, y que se han hecho avances en el mismo sentido con Senegal y Mauritania, gracias a lo cual "habrá repatriaciones en los próximos días".

Al hablar de política internacional, Rodríguez Zapatero recordó la imagen de Azores con la que se declaró la guerra en Iraq y emplazó al PP a reconocer "sus errores", tal y como han hecho Estados Unidos y Reino Unido.