Así lo explicó la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, al ser preguntada en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros por la comida prevista entre el presidente y el Nuncio el próximo martes en la sede de la Nunciatura.

A ese almuerzo, aseguró, el presidente acudirá con el mensaje que lleva defendiendo desde siempre, "respeto recíproco y diálogo" entre el Gobierno y la Iglesia.

"Cada uno tiene atribuidas las funciones constitucionalmente", aseguró, y por tanto hay que partir de un respeto básico a la "separación" de ambas instituciones. "Esos son los principios con los que se ha trabajado" estos cuatro años, añadió.

Fernández de la Vega defendió el respeto a la libertad religiosa consagrada en la Constitución y también a la separación entre las funciones políticas y religiosas.

El respeto mutuo y siempre con "diálogo abierto" son, en opinión del Gobierno, las reglas "en las que hay que seguir avanzando y profundizando" para evitar episodios como el reciente, "manifestaciones que, a nuestro juicio, han sido poco respetuosas".

"La democracia establece reglas que son exigibles y el Gobierno las va a exigir siempre", concluyó Fernández de la Vega.