Ya lo había dicho públicamente, la última vez el martes en una rueda de prensa en Moncloa, y hoy lo reiteró en varias conversaciones informales con periodistas.

Una crisis de Gobierno no está hoy por hoy en sus planes ni en su horizonte, "ni inmediato ni mediato", y el presidente insiste cuantas veces se le pregunte en restar trascendencia a las palabras de su vicepresidente segundo, Pedro Solbes, sobre su futuro político.

Solbes anunció públicamente que no se presentará a las próximas elecciones, y dijo además que a ciertas edades llega el momento de hacer otras cosas, una reflexión que se interpretó como un adiós inminente a sus actuales funciones.

Sin embargo, el presidente asegura que Solbes no está cansado, como tampoco lo está él. Otra cosa, precisa, es que su larga trayectoria pública le lleve en ocasiones a hacer ese tipo de comentarios.

Recuerda, por ejemplo, que Solbes fue director general con UCD en el Gobierno, y a partir de ahí no ha dejado de desempeñar tareas de relevancia pública.

Rodríguez Zapatero subraya que muy pocos conocen realmente a Solbes como para saber que es mucho más político, y también mucho más irónico, de lo que aparenta, y es en ese carácter socarrón en el que el presidente enmarca ese tipo de reflexiones de su vicepresidente.

Aunque no descarta que a lo largo de la legislatura haya algún cambio en la conformación del Gobierno, el presidente deja ver incluso que su intención, a día de hoy, es llegar a la Presidencia española de la Unión Europea, el primer semestre de 2010, con los actuales ministros.

Argumenta, en este sentido, que es mucho el trabajo pendiente para preparar ese semestre, y que incluso desearía que algunas cosas estuvieran más avanzadas de lo que están, y son los actuales ministros los que trabajan en ello. Sugiere así que no sería adecuado acometer relevos en un momento sensible como los prolegómenos de esa Presidencia.