Así lo explicó Rodríguez Zapatero después de celebrar una "cariñosa y entrañable" entrevista con Lula en el Palacio de El Pardo, al que expresó sus mejores deseos de éxito en su gestión "por lo que representa de esperanza para la izquierda en el mundo".

Zapatero explicó que Lula se interesó por su posición ante la guerra en Irak y por su visión de la legalidad internacional, y le expresó su interés en mantener una intensa relación con el PSOE, porque reuerda que siempre tuvo las puertas abiertas de Felipe González cuando él era un luchador por la democracia en Brasil.

La preocupación de Lula, según el líder del PSOE, es el equilibrio entre los sueños y principios de la izquierda y la responsabilidad de gobernar, así como que su proyecto se mantenga siempre cerca de la base social que le ha apoyado.

Zapatero se mostró de acuerdo con el mandatario brasileño en que la globalización debe ser coherente, es decir, que si los capitales quieren tener lbertad para invertir en cualquier lugar del mundo, los países en desarrollo deben tener también posibilidades de exportar sus productos a cualquier parte del planeta.

La obligación de los países desarrollados, sentenció Zapatero, es transferir tecnología a los que aún persiguen ese desarrollo y acercarles los recursos que les permiten progresar.